viernes, 18 de noviembre de 2016

CODESO, MOTAÑA (VALSEQUILLO Y V. DE SAN MATEO)

Topónimo que localizamos en un lugar equidistante entre Tenteniguada, a su naciente, y Cueva Grande, a su poniente, adoptado por una de las elevaciones del territorio que alcanza en su vértice alcanzando los 1.545,8 msnm. de altitud, que señala el deslinde jurisdiccional entre los municipios de Valsequillo y la Vega de San Mateo.
 
Vista de la montaña (caminosdecanarias.blogspot-com)

De fácil identificación por ser su sustrato de picón volcánico rojizo o crema, por lo que figuraba en la Cartoteca hasta 1977 con la denominación de Montaña de las Arenas, topónimo que tan sólo se mantiene para la Degollada de las Arenas situada en su vertiente sur. 

No conocemos si tal cambio en el topónimo se debió a la abundante presencia de codeso de monte (Adenocarpus foliolosus) en esta montaña, endemismo que no es de reciente presencia, muy al contrario, de muchos siglos pues es sabido que el codesal comparte su hábitat natural con los pinares en todas las islas, y así ya había sido acreditado por Webb y Berthelot en 1842, hábitat también reconocido siglos atrás en los repartimientos, como lo fue en el solicitado por Gonçalo de Quintana el 19 de diciembre de 1543, cuando dice «y el espygon arriba asta los codeço del Pynal. » (RONQUILLO RUBIO et AZNAR VALLEJO, 1998, p. 158).
 
Cartoteca 1962 (IDE Gran Canaria)
Pudiera ser que el cambio de topónimo se debiera a esa tendencia academicista para enmendar de alguna manera el término de ‘arenas’ para denominar  al lapilli o pequeñas piedras de materiales piroclásticos (de ‘piro’ = fundido, quemado, etc. y ‘clastos’ = fragmentado)  expulsados por el volcán durante las consideradas recientes erupciones volcánicas en la isla (posteriores al Pleistoceno medio), conocidas en los últimos siglos como ‘picón’, y ello para no confundir con las cenizas y arenas volcánicas, elementos muy finos, inferiores a 2 mm. de diámetro, poco abundantes en las erupciones canarias.
 
Cartoteca 1977 (IDE Gran Canaria)
Desde esta hipótesis, pudo considerarse oportuno inventariarla como Montaña Codeso por ser la especie dominante del escobonal-codesal, y sin que ello advere de su existencia masiva. Aun así, muchos lugareños y senderistas, e incluso estudios técnicos oficiales, siguen conociéndola como Montaña de las Arenas, encontrándose dentro de la delimitación protegida del Paisaje de la Cumbre.

Hasta muy avanzado el siglo XIX, cuando desde Las Palmas se quería llegar a las Tirajanas, se realizaba un trayecto en coches de tracción animal por el camino Real hasta San Mateo, y a partir de aquí se iniciaba el trayecto caballar o mular por el sendero que discurría por el Lomo de las Pitas, la actual carretera San Mateo-Telde (GC-041) y se continuaba hacia Cueva Grande, Los Manantiales, Montaña de las Arenas para enlazar con el camino Real que viene de la Cruz de Saucillo para atravesando la Cumbre, llegar por el Paso de La Plata a la Degollada de la Cruz Grande.
 
Degollada de las Arenas (caminosdecanarias.blogspot-com)
En la actualidad los senderistas atajan utilizando la carretera de Acceso a La Lechucilla (GC-414) y continuar por viejos caminos de pastores junto al cauce del Barranco de la Lechucilla y así llegar a la montaña, en un entorno de abundancia de retamas, codesos y escobones, que constituyen el paisaje de la ganadería tradicional de pastoreo y viejos corrales.

De esta ruta que fue realizada a finales del siglo XIX por Agustín Millares Torres, acompañado de su hijo Agustín Millares Cubas, nos dejó una semblanza escrita del territorio y los usos encontrados en su entorno.

Panorámica desde la Cañada de Siete Fuentes de Roque de La Retama y Montaña Codeso (Mario Rodríguez B.)
« A nuestra izquierda el Saucillo alzaba orgulloso sus 1830 metros sobre el nivel del mar, como la aguja de una colosal pirámide cuya base fuera el basáltico asiento de la isla. Despues de un alto de diez minutos, empleado en beber una agua helada y cristalina, y deleitarnos con tan variado panorama, abandonamos el caserío de Cuevas-Grandes, y despidiéndonos de los castaños y nogales para encontrar tan sólo desde allí helechos y retamas, dimos principio á la ascension de la montaña de las Arenas, donde tiene su nacimiento el Giniguada, montaña compuesta de una aglomeracion de volcánicos despojos, y cruzada de infinitas sendas, que tan pronto se dibujan como se borran sobre su inmovedizo suelo.

Detalle del sustrato (caminosdecanarias.blogspot-com)
En una de las mil revueltas que dá el camino para hacer menos penoso su declive, nos cruzarnos con los carboneros y sus bestias, raquíticos asnos alimentados con los cardos que encuentran al paso, habiendo advertido, que al vernos aquellos fieros enemigos del pinar, (hablo de los carboneros, no de los burros) procuraban ocultar la cara, si cara puede llamarse una negra figura, mezcla de tierra y carbon, creyendo tal vez que fuéramos a delatar su fraudulenta mercancía.

Estos carboneros, y otros que no lo son, constituyen hoy la filoxera del pinar, terrible plaga que concluirá por dejarnos sin un árbol de tan rara especie. Despues que la récua se alejó, prosiguió nuestra cabalgata prolongándose á la fila indiana por la senda en espiral de la montañeta, avanzando las pobres bestias casi en linea vertical, mientras nosotros buscábamos un nuevo punto de apoyo en las guedejas de sus inclinados cuellos.

La otra variante del sustrato (caminosdecanarias.blogspot-com)
Cada cuarto de hora preguntaba yo, participando del cansancio de mi yegua, si estábamos cerca de la meseta central; á lo que contestaba mi arriero invariablemente: ¡Aquí encimita, señor! » (MILLARES TORRES, 1882, p. 298).

Nos deleita el historiador con el relato de su viaje y de su pensamiento conservacionista ya en aquellos tiempos, identificando a los carboneros como “fieros enemigos del pinar” por la práctica ilegal de la quema ilegal; también nos dice del sustrato volcánico de la Montaña y de los pequeños senderos debidos al tránsito de las ovejas.
 
Codeso (atlasruraldegrancanaria.com)
El codeso (Adenocarpus foliolosus) «es un endemismo canario del cual se diferencian dos variedades: variedad foliolosus, en todas las islas citadas y la variedad villosus Webb et Berth en Gran Canaria y La Palma. Se diferencia de las otras especies del género porque las flores poseen un cáliz sin glándulas y el pétalo estandarte es seríceo. Los foliolos son lanceolados u obovados, con un corto peciolo de 1-3 mm, y las legumbres son escasamente glandulares. Se conoce como "codeso de monte"» (floradecanarias.com).

La flor "mariposada" de Viera y Clavijo
(floradecanarias-com)
El Jardín Botánico Viera y Clavijo recoge que la «Descripción se diferencia de la variedad tipo en que las hojuelas son estrechas y villosísimas por todos lados. Folíolos involutos, villosos. Fruto liso. (DO). Remite sus datos a la primera publicación de Webb y Berthelot, p. 33, [20 enero 1842-antes 10 octubre 1850] [livr.62]». 

Nos describe nuestro más ilustre investigador de siglos atrás con singular belleza poética sus percepciones del codeso:

«Estas ramas están todas vestidas espesamente de hojas muy menuditas, que van alternando de tres en tres, y tienen la figura de hierro de lanza, un poco doblada de alto abajo, de color de un verde oscuro velloso. Las flores amarillas, mariposadas, se presentan en el remate de las varas, formando vistosos ramilletes, y consta cada una de un cáliz de los labios velludos, el superior de dos dientes, y el inferior de tres; una corola de cuatro pétalos, de los cuales el llamado estandarte, es oval, erguido y plegado por los lados; las dos alas obtusas, y la barqueta con punta levantada, donde se hallan diez estambres reunidos; y un ovario peloso, cuyo fruto es una vaina comprimida, llena de las simientes. Florece en mayo» (VIERA Y CLAVIJO, 1866, Tomo I, p. 218).

Las referencias de la localización histórica de la variedad son las siguientes:
  
Localización histórica (Jardín Botánico Viera y Clavijo)
Ortofoto de Montaña Codeso (Google Earth)
Relacionando al codeso con la información oral sobre el aprovechamiento que del mismo se hacía, en el entorno geográfico insular, tenemos documentada la siguiente que nos aportan de distintos lugares de la isla muchos datos de interés etnográfico (GIL GONZÁLEZ, 2011, p. 227):

«[…] se plantaban muchas orillas de escobones, escobesos, pa’ las vacas - las ramas - y las cabras…» (San Mateo-1);

«[…] los escobesos también pa’ las vacas, pa’ las vacas, pa’ las ovejas no […] se cogen ahora a principios de invierno, cuando ellos revientan es cuando ellos se cogen…» (Caideros-4);

«[…] hay otra clase de rama que es rama escobeso, ésa es pa’ vacas…»  (Bascamao-3);

Codeso y pinar (atlasruraldegrancanaria-com)
«[...] pa’ las vacas sí es una rama muy buena» (Fontanales-2);

«Los escobones no [los plantabamos], pero los escobesos sí, era comía... buena comía pa’ las vacas...»  (Fontanales-3);

«Sí, eso también salía en la tierra, pero también se arranca y se planta en otro sitio… el cobeso  también es buena comía pa’ las vacas. Bueno, y las uvejas también se lo comía y las cabras» (Valsendero-1);

«Sí se plantaron, escobesos...» (Teror-1);

«Mi padre plantaba escobones, escobesos, le gustaba mucho [...] los traía chicos de arriba y los plantaba aquí... pa’ tenerlo ahí en un ribanzo [ribazo] [...] La rama escobeso es lo mejor que hay pa’ los animales, pa’ vacas y pa’ too» (La Umbría-1). 

También tenías otras utilidades para la cestería, y así se recoge en nuestra recurrida Historia Natural «Sus varas son excelentes para canastillas y cestos (VIERA Y CLAVIJO, 1866, Tomo I, p. 218). Nos concreta este aprovechamiento debido a su fortaleza y resistencia un autor mucho más moderno (MORENO MEDINA, 1997, p. 148):

Detalle del sustrato volcánico de Montaña Codeso (caminosdecanarias.blogspot-com)
«Cestón: gran cesta que se hacía con varas de mimbres o madera de codeso, de figura cuadrangular, de constitución muy fuerte, y que si destinaba a contener tierras y cascajo para ser arrastrado por yuntas sobre una corsa.
 
Serones: eran de dos clases: unos de palma, destinados a llevar frutos, tierra, abonos, etcétera, sobre caballerías; otros de palo, que se fabricaban con tablillas delgadas de madera de codeso, a la manera de una cesta. Eran muy fuertes y de larga duración. Se utilizaban para transportar sobre una bestia frutos de todas clases y objetos frágiles». 
 
Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 11 de noviembre de 2016

OLIVARES, HOYA (ARUCAS)

El topónimo se localiza al naciente del estrecho paso de la carretera Santidad - El Palmar (GC-303) construida sobre el antiguo camino Real y que une la Santidad Baja con la Santidad Alta, estrechamiento que se produjo de manera geológica por la depresión formada por El Cercado y la Hoya Olivares en las vertientes de poniente del Barranco de Tenoya, al que conducía sus aguas un pequeño tributario del que nos queda su topónimo El Riillo donde se iniciaba la escorrentía.
 
Panorámica de la Hoya Olivares desde Las Mesas (Google Earth)
El topónimo tiene su origen por la adquisición de estas tierras por Alonso Olivares del Castillo, según recogió en su declaración de bienes al ser nombrado Mayordomo del Monasterio de la Concepción de la Orden de San Bernardo, en la ciudad de Las Palmas:

«A guisa de ejemplo, esto es lo que figura en el inventario de bienes de Alonso de Olivares del Castillo: una suerte de tierra en Tenoya, con una suerte de agua que le pertenece, que llaman la suerte de Acebedo; tres cuartas de tierra  en el mismo heredamiento de Tenoya, que llaman la Milanera; la Hoya de Mosago, que llaman de Olivares, frontera a lo anterior, que serán 10 ó 12 fanegas; tres cuartas de tierra con un día de agua en el mismo heredamiento de Tenoya; en el mismo Tenoya, una casita baja y unos solares que están por encima; en Tamaraceite, una suerte de tierras (29 fanegas), en el Llano de la Ermita de Machicao;… » (ALEMÁN RUIZ, 1996, p. 280 n. 21). 
Vista hacia el sur: La Milanera (izq.) y Hoya Olivares (dcha.),
 en las dos bandas del Bco. de Tenoya (homayonifar)
Enriquece su ubicación al recoger que es “frontera” de La Milanera, topónimo situado en la banda de naciente del Barranco de Tenoya, donde se encuentran en sus escarpes unas cuevas consideradas yacimiento aborigen así llamadas. La misma fuente bibliográfica nos aporta en detalle su gran patrimonio, citando como fuente primaria los documentos consultados (A.H.P.L.P.: Protocolos Notariales, escribano Antón de Zerpa, leg. 1.037, año 1620, fols. 846 rto.452 rto.). También nos dice la descripción de la antigua denominación toponímica de Hoya Olivares como Hoya Mosago, sobre la que daremos al final más información.

Bautizado en la parroquia de San Juan Bautista de Telde el 6 de junio de 1548, es hijo primogénito de Hernando García del Castillo y Catalina Olivares Maldonado y Tafur, por consiguiente hermano de Cristóbal García del Castillo y Francisca del Castillo Maldonado y Olivares. Fue Capitán de infantería y Regidor Perpetuo de Gran Canaria, asumió el mayorazgo familiar. Se bien fuentes familiares datan su fallecimiento en 1599 (“Página 1 Aparición del Linaje, Del Castillo-Olivares”. Obtenido de Historia del apellido Del Castillo-Olivares.castillo-olivares.com. 2-nov-2016), otras fuentes la datan en 1620 por varias noticias obtenidas de sus investigaciones como luego veremos, sin que podamos prescindir que pudo ser más tarde, pues así se le reconoce como Alcalde de Telde: Alonso Olivares del Castillo 1616-1623 (HERNÁNDEZ BENÍTEZ, 1958, p. 259).
 
Vista hacia el norte: Hoya Olivares (izq.) y La Milanera (dcha.),
 en las dos bandas del Bco. de Tenoya (caminosdecanarias.blogspot-com)
Contrajo matrimonio en dos ocasiones, la primera con Teresa Múxica Lezcano (Catedral de Canarias, 25 de enero de 1568), una de las cinco hijas de Juan de Civerio Guerra de su segundo matrimonio y primero con descendencia, con Francisca de Salas (ALAMO, 1959, pág. p. 216). De estas primeras nupcias Alonso Olivares del Castillo tiene seis hijos: Lorenzo, Hernando, Juan Siverio, Alonso Catalina y Francisca del Castillo-Olivares Maldonado. Sus segundas nupcias lo fue con su prima Leonor Cibo de Soprano Castillo, con la que no tuvo descendencia. En el año 1590 creará el apellido compuesto, con los correspondientes permisos regios, al fusionarse los linajes Del Castillo y Olivares, hechos que de alguna manera impide la confusión de deudos homónimos por la utilización siguiente del apellido compuesto (EGEA MOLINA, 2012), si bien en algunos protocolos notariales su nieto no parece usar la autorización regia.

Nacido con riquezas de cuna, ya que su padre Hernando García del Castillo había accedido a los bienes de los abuelos, el conquistador Cristóbal García del Castillo y Marina Rodríguez Inglés, por no tener descendencia masculina su hermano mayor Juan Inglés del Castillo, que incluía el título de Regidor Perpetuo de Gran Canaria.

Árbol genealógico (castillo-olivares-com)

Estas resultaron acrecentadas excepcionalmente, primero desde su condición social, por ser de las milicias, por el título de regidor perpetuo, y por la influyente posición de su madre Catalina Olivares Maldonado y Tafur, hija del licenciado Alonso Sanz de Olivares, Oidor y Regente de la Real Audiencia de Canarias, y de María Maldonado Tafur.

A todo ello, hay que señalar que además fue considerado en aquellos tiempos de los siglos XVI y XVII como un destacado “capitalista” e inversor en distintas actividades económicas, y se forjó una posición social muy reconocible:

«El blasón actual de la derecha que ostenta la referida casa solariega, es de don Alonso Olivares del Castillo […], capitán de Infantería española, Regidor perpetuo de Gran Canaria, Familiar y Receptor del Santo Oficio de la Inquisición. 

Detalle de la Casa natal, calle Juan Carlos I, 1 - Telde  (S. Jiménez)
En una información de Nobleza e Hidalguía hecha por el referido don Alonso en 2 de Abril de 1.586 consta el dibujo de un blasón idéntico al que reseñamos. Está dividido nuestro escudo en seis cuarteles; en el primero de la derecha vense dos olivos y un castillo; en el del centro un castillo coronado por una cruz sobre la que ondea una banderola: en el de la extrema izquierda cinco flores de lis; en el primer cuartel de la parte baja derecha hay un brazo armado, en el siguiente unas ondas y en el último un ajedrezado.
Blasón Alonso Olivares del Castillo
 (castillo-olivares.com)
Este mismo blasón se halla sobre la portada que da acceso a una casa señorial existente en la hacienda de las "tres suertes” junto a la ermita de San Antonio, indicio que nos lleva a pensar que eran los mismos los dueños de esta hacienda que los de la referida casa solariega. En ella vieron la luz numerosos descendientes de los Olivares del Castillo que figuraron más tarde en las letras, las armas. Cabildos eclesiástico y secular, Tribunal del Santo Oficio, etc. Esta noble familia tenía asiento preeminente en nuestra parroquia al lado del Evangelio y distinguido enterramiento en la antigua capilla de la Concepción, hoy la de San José […] Llevó la fábrica de San José en la iglesia de San Juan Bautista a la que llevó los restos de su padre y de su abuelo» (HERNÁNDEZ BENÍTEZ, 1958, p. 249).
Ya de por sí, el resto de la extensa relación de bienes declarados cuando asume la mayordomía del Monasterio, es elocuente:

«… en el Lugarejo de la ciudad de Las Palmas, en los Caserones, un pedazo de tierra de 2 fanegas; un tributo de una dobla de rédito que paga Simón Lorenzo, sobre unas tierras y cuevas en El Dragonal; una dobla de rédito de un tributo que pagan los herederos de Miguel Jerónimo sobre el Cercado de Tafira; una suerte de tierra que llaman La Longuera; la cuarta parte de unas tierras montuosas que está cerca de lo precedente; en la Vega de Arriba de Santa Brígida, una dobla de un tributo perpetuo que paga Cristóbal González sobre su hacienda; una huerta de hortaliza en Las Palmas, dada a tributo a Antón de Lozano, en la calle de la Herrería; un tributo de 2.500 ducados en la villa de Guía, sobre bienes de Felipe de Soberanis, que le fue dado en dote a Olivares en su segundo matrimonio; además, antes había vendido una viña a Luis de León Cárdenas `… » (ALEMÁN RUIZ, 1996, p. 280 n. 21).
Cuando Francisco Palomar se hace cargo del ingenio azucarero de Agaete a la muerte de su padre Antón Cerezo y quedar en la ruina por el declive del negocio del azucarero por la competencia del azúcar americano, lo adquiere una familia toledana que después lo vende a Alonso Olivares del Castillo.

«Es una familia toledana, los Zayas de Arellano, quienes adquieren el ingenio e intentan mantener el negocio del azúcar, pero terminar por vender a Alonso Olivares del Castillo, maestre de campo del rey del tercio de las Villas de Gáldar y Guía.

Hacia 1678 Fray José de Sosa, como complemento a su relato sobre la torre de Lugo, escribe

“Esta torre, hasta oi día está gran parte de ella en aquel ameno Valle de Agaete, cuio dueño es D. Alonso Olivares del Castillo, (…) y se dexa ver sus tapias tan constantes y fuertes y contra la duración del tiempo inexpugnables que se dilataran a lo que parece muchos siglos. Sírvele oi con algunos aforros que le an hecho, a este caballero lo alto de granero en que guarda las mieses de su agosto lo baxo de bodega en que encierra los vinos de su cosecha que son muy buenos los de aquel (parage y) pago.”

La similitud que esta descripción tiene con la Casa Fuerte es evidente» (MONZÓN GARCÍA, 2008, p. 5).

Ortofoto de Hoya Olivares (Google Earth)
También invirtió el regidor Alonso Olivares del Castillo en negocios como las salinas de Agaete, abasteciendo de sal a los pesqueros para la salazón de las capturas en altamar:

«… en 1586, el cahíz se tasaba en tomo a los 38 reales; en este año dos navíos reciben: uno 12 cahices, y otro, el de Juan Manrique, vecino de Tenerife, obtiene del regidor Alonso Olivares del Castillo, 22 cahices, valorados en 60 doblas, que toma de las salinas de Gran Canaria» (LOBO CABRERA, 1978, p. 410 )

«Por otra parte, las salinas localizadas en Aldea Blanca se encontraban ya en pleno rendimiento desde el siglo XVI, lo mismo que la de Agaete, pues don Alonso Olivares las arrendó por tres años en 1601 a Pedro Estévez por 24 cahices de sal el primer año y 25 los dos siguientes. En 1626 son vendidas al abogado Alonso Fernández por 875.000 maravedís (668.100 de gravámenes y deudas) (QUINTANA ANDRÉS, 1996, p. 108).
Y en la financiación de las pesquerías, que en ocasiones le suponían negocios mixtos, actividades económicas que estaban de alguna manera limitadas para los mismos capitalistas cuyas familias financiaron la conquista:

«4. CAPITALISTAS […] Los pescadores, pobres y sin medios, tan sólo poseían sus barcas, sus aparejos y su trabajo. El numerario para preparar las pesquerías lo recibían a ganancia o interés de terceras personas. […] Al parecer los genoveses se dedicaban a este negocio desde los comienzos del siglo XVII. A ellos se unen en la segunda mitad del siglo los flamencos como son el citado [Daniel Vandama] y Arnaldos Vandala, mercaderes conocidos en el ámbito isleño por sus diversas actividades. Le seguían en importancia los regidores y escribanos públicos; entre los primeros son dignos de mención Alonso Olivares del Castillo, emparentado con los dueños de los ingenios de Telde, Bernardino Canino, de ascendencia genovesa, y el capitán Juan Ruiz de Alarcón; como escribanos nos sirve de ejemplo Bernardino de Palenzuela  […] Si la cantidad entregada a ganancia era superior, llegando a 60 doblas, en tal caso se correspondía de beneficio cantidad igual a la que ganaba un marinero; en este caso se encuentran varios vecinos, entre ellos el regidor Alonso Olivares que entrega 60 doblas en 22 cahices de sal  (LOBO CABRERA, 1978, p. 411 ).

Su posición económica le permitiría incluso superar el amargo trance de los desastres causados por el vicealmirante holandés Pieter van der Does que en 1599 atacó y desembarcó en la isla, sembrando la destrucción y desolación con el incendio y expolio de la Ciudad como consecuencia del impago del rescate de guerra. La dispersión de sus inversiones en tierras y construcciones le permitiría salir ileso económicamente, e incluso aumentar su prestigio social:

«A Don Fernando Suárez de Figueroa, sucedió en el Obispado, Don Francisco Martínez, natural de Cenizeros, del Obispado de Calahorra. Durante su gobierno espiritual, tuvo lugar la invasión holandesa de Vander-Doez en el año 1.599, la que saqueó, como es de todos sabido, la Ciudad de Las Palmas y fueron quemados los únicos tres conventos existentes en la misma; esto es, los de San Francisco, Santo Domingo y de las Monjas Bernardas. Por esta causa las religiosas se refugiaron primeramente en el campo y después en unas casas situadas en las cercanías del Convento de San Francisco, propiedad de Alonso Olivares, primero, y más tarde de Lorenzo de Campos, las cuales estaban construídas frente al convento que despues se edificó y llevó por nombre del Señor San Bernardino de Sena, de religiosas Claras (hoy Alameda de Colón).
Encargado Alonso de Olivares, como Mayordomo de dicho convento, de la reedificación del mismo, pudo llevar a cabo su inauguración en el año 1.609, fecha en que fueron trasladadas las religiosas con asistencia del Cabildo, el que acordó cantara un Dignidad la Misa y que se hiciera el mismo con la mayor decencia» (BOCH MILLARES, 1944, p. 5).
«El caso de Alonso Olivares del Castillo ilustra esta confianza. Su nombramiento se explica por haber sido uno de los más firmes valedores de las monjas después del saqueo e incendio de su convento por los holandeses en 1599. En unas casas de su propiedad vivieron diez años, mientras se reconstruía el monasterio; estando allí, lo eligieron mayordomo por ausencia a la Península de Francisco de Casares. Ejerció el oficio hasta 1615; pero hasta enero 1612 no remató la cuenta de su labor desde el 22 de mayo de 1607, fecha en que, a ruego de las religiosas, lo había nombrado y apoderado el obispo Martínez de Cenicero. Con este poder le bastó hasta diciembre de 1614, en que las aquéllas se lo renovaron, a la par que daban por buenas todas sus acciones hasta entonces» (ALEMÁN RUIZ, 2002, p. 799 n. 7). 
Adquirió así tal reconocimiento social y de agradecimiento que su nombramiento al frente de la mayordomía del Monasterio de la Concepción de la Orden de San Bernardo, en de Las Palmas, se alargaría más de lo acostumbrado, para su persona y los siguientes:

«La duración de la mayordomía no se estableció formalmente hasta las postrimerías del siglo. Normalmente, abarcaba de uno a cuatro años. En las ocasiones en que se prolongó por mucho más tiempo (Alonso Olivares del Castillo, ocho años y siete meses; Pedro Bravo de Laguna, diez años y cuatro meses; Pedro Álvarez Macías, catorce años y un mes), hemos de suponer que el buen hacer y la experiencia acumulada por el individuo en cuestión lo hacía poco menos que insustituible para las monjas» (IBÍDEM, p. 787). 
De alguna forma esa confianza conferida le facultaba para estirar los plazos en la liquidación de las cantidades recibidas:

«… en el reintegro de estas cantidades los mayordomos hicieron gala de la misma parsimonia demostrada en la entrega de las cuentas o en el pago de los alcances; Alonso Olivares del Castillo, por ejemplo, declaró en su testamento de 1620 que no recordaba haber devuelto 700 reales que le entregaron las religiosas para atender a su socorro (lo cual debió de suceder en 1615 como muy tarde)» (IBÍDEM, p. 796). 
Igual distinción establecería para su mujer en la ermita de Las Nieves en Agaete, después de su fallecimiento y consecuencia de la compra del antiguo ingenio azucarero de los Cerezo y aprovechamiento de las salinas del lugar como ya se ha dicho.

«A.P.V.A, LIBRO DE MISAS CANTADASY REZADAS, 1680-1750, f. 100.- Con el número 9 de la relación de las memorias y capellanías de misas rezadas y cantadas de la parroquia de Nuestra Señora de la Concepción se transcribe (CRUZ Y SAAVEDRA A. J., 1996, p. 331 n. 113): 
Dª Maria Muxica mujer del Mre de Campo Dn Alonso Olivares del Castillo. Una misa rezada en Las Nieves de su hermita que son patronos. Sobre dos ducados de Limosna sobre sus bienes. Testamento ante Xptoval Suares de Medina el 6 de noviembre de 1675, Protocolo n.º 2. El Capan Don Xpotoval de el Castillo su hijo posee dhos. bienes y paga dhos. dos ducados. 19 de mayo de 1685 (con nota marginal)».
Fallecido Alonso Olivares del Castillo después de una larga vida poco usual para la época, aproximadamente unos 75 años, los bienes vinculados pasarán a su primogénito Lorenzo del Castillo-Olivares Maldonado quien será el primero en portar dicho apellido y disfrutar de los bienes durante unos quince años. Se casa en primeras nupcias con Juliana Teresa de Muxica Lezcano Venegas y del Castillo, y en segundas nupcias con Magdalena Van de Walle de Aguiar.

De su primer matrimonio en 1628 nacerá Alonso del Castillo-Olivares Maldonado y Muxica Lezcano, y del segundo matrimonio no tuvo descendencia. Fallecido en 1639 Lorenzo del Castillo-Olivares Maldonado hereda el patrimonio familiar su único hijo Alonso del Castillo-Olivares Maldonado y Muxica Lezcano, que se casa con Luisa Antonia de Trujillo Osorio de Vergara Figueroa.

La igualdad de los homónimos entre el abuelo regidor y capitán Alonso Olivares del Castillo y su nieto Alonso del Castillo-Olivares Maldonado y Muxica Lezcano, que aparece en algunos documentos como Sargento Mayor Alonso Olivares del Castillo puede llevar a confusiones, solo distinguibles por las fechas de los mismos. Así sabemos que el nieto había arrendado las Salinas de Agaete, ubicadas en las actuales piscinas naturales intermareales:

«En Agaete la salina estaba dividida a tercios entre los herederos del capitán Bartolomé de Mújica, registrando entre 1676-1695 ocho arrendamientos de tercios de cercados con parte de las salinas con valores entre los 76.800 maravedís de 1676 y los 168.000 en 1695. En una sola ocasión, 1676, aparecen arrendándose las salinas por el capitán Alonso Olivares a Bernabé García por seis años y 20 fanegas de trigo y 15 de millo» (QUINTANA ANDRÉS, 1996, p. 108).
 
Árbol genealógico siguiente hasta quedar sin descendencia (castillo-olivares-com)
El Sargento Mayor Alonso Olivares Castillo, al no tener descendencia constituye el 9 de marzo de 1686 un mayorazgo y tres capellanías, colativas Laicales, en las que figura el mismo como patrono y nombra capellán a los hijos de su sobrino capitán Fernando del Castillo:

MAYORAZGO: Cercado de la "Betancora" con 5 días de agua en Tenoya, de 13 fanegadas 2 celemines y 1 cuartillo; Cercado de La Calzada en Tenoya, de 4 f., 1cl. y 1 ct.; Cercado en el Lomo de San Pedro, Tenoya, de 2 f. y 6 cl.; Hacienda del LLano de las Mozas o Mesas, en Tenoya, de 37f.; Hacienda del Barranco de Lezcano con agua de dicho barranco, de 204f. y 6 cl.; Hacienda del Drago con 4 cuartas de agua del Hto. del Valle de los Nueve, de 7f. y 5 cl.; Cercados en San José con 3 días de agua del Hto. de Vegueta, de 3f. y 6 cl.; Cercado de tierra en San Nicolás (Las Palmas), de 1 f. y 6 cl.; y Casa en la calle los Remedios de Las Palmas (SUÁREZ GRIMÓN, 1987, Ap. Dctal. Anexo I p. 92 ).  

CAPELLANÍAS: 1ª) 30 ducados sobre los bienes del vínculo fundado el mismo día, y establece una pensión de 3 misas rezadas semanales a 3 reales de limosna en el convento de San Francisco. 2ª) 50 ducados sobre el cortijo del Molino con una pensión de 3 misas rezadas semanales en la capilla de San Gregorio de la Sta. Iglesia Catedral a 3 reales de limosna. 3ª) 50 ducados sobre el cercado del Valle de Los Nueve (Telde) y de San José (Las Palmas) con una pensión de 3 misas rezadas semanales en la iglesia de San Francisco, a 3 reales de limosna. Es notorio destacar que siglos después, en abril de 1830, las misas fueran rebajadas a 1 semanal por el Obispo Martínez (IBÍDEM, Ap. Dctal. Anexo II p. 179).

Fallecido el Sargento Mayor en 1686 es su viuda Luisa Antonia Trujillo Figueroa quien eleva a público los restantes vínculos de bienes de su difunto marido, documentados uno en protocolo de 29 de abril de 1705 y los cinco patronatos restantes el 27 de marzo de 1726 (SUÁREZ GRIMÓN, 1987, pág. Ap. Dctal. Anexo I p. 1222 ), nombrando sucesores de los mismos a distintos deudos, si bien no podemos determinar el grado de parentesco:

VÍNCULO: Cortijo de tierras labradías con cuevas en la Vega y Montaña de Acusa (Artenara), de 97f.; Los cortijos de San Gregorio y la Palma, en los Granadillares, con 200 ovejas, cuevas, 7 casas, fuentes y la ermita de San Gregorio (San Lorenzo), de 600f.; Cercados denominados de Arévalo y de los Granados con viña, casa, lagar, bodega y 4 días y medio de agua del Hto. de Tenoya (San Lorenzo), de 22f., 10 cl. y 1 ct.; Cortijo de tierras labradías y montuosas con sus casas y 28 horas de agua del Hto. de Firgas y Arucas, en Trasmontaña, de 69f., 2 cl. y 1 ct. (Arucas); Cortijo de tierras labradías montuosas y "arrifes" con toda el agua que le pertenece en el Castillejo y Palmital, de 131f. 6 cl. y 2 ct. (Guía); Las tierras situadas detrás del convento de Firgas con unas casas, las Casas altas y otra terrera, Un molino con su cubo, piedras y pertrechos, y las tierras que están junto a la Caja del Agua, de 56 f. (Firgas); Las Tierras del Desaguadero, de 8 f. y 11 cl. (Firgas); Las tierras de Rosales, de 13f. 9 cl. y 1 ct. (Firgas); Las tierras de la Higuera "Birgasota" (Firgas) y 11 suertes de agua y 1 hora del Hto. de Firgas. Sucesión: Pedro A. del Castillo Ruiz de Vergara.

PATRONATOS: 1) Cercado de tierra denominado Juan Tello; Cercado de tierra denominado Viñol con una cuarta de agua de la Vega Mayor; Censo de 660 reales de principal que pagan los herederos de Juan Morán (todas en Telde). Sucesión: Domingo Antonio Manrique.

2) Tierras en las Calderetas, de 17 f. y 3 cl. (Teror); Tierras en la Vega de Acusa (Artenara), 1 noche de agua del Hto. del Palmital (Guía); Media hora de agua del Hto.  de Arucas; Casa terrera en la calle Terrero de Las Palmas; Censo de 500 reales de principal que pagan los herederos de Jacinto Hernández; Censo de 1.200 reales de principal que paga Juan Marrero; Censo de 650 reales de principal que paga Juan Suárez. Sucesión: Pedro Ponce.

3)  Hoya de tierra labradía con casas y árboles denominada las Canales y Manrique, de 40 f. (Telde). Sucesión: Los hijos de Juan Gregorio Jaquez de Mesa.

4) Hacienda denominada " La Media Suerte ", en el Valle de Casares, con media suerte de agua (Telde). Sucesión: Los hijos de Julián López Morales.      

5) Cercado del Palmito con media suerte de agua; Cercado denominado "La Media
Suerte" con 1 cuarta de agua del Hto. de la Vega Mayor, Tierras de los Espinales, en Melenera (Telde). Sucesión: los hijos de Jerónimo de la Vega Zapata.

No puede determinarse si la Hoya Olivares fue vendida, es parte de las 204 fanegadas de la hacienda del Barranco de Lezcano como lo pudiera ser la finca La Milanera,  o es una de las tantas que generan censos (rentas) a favor del sucesor. Sí queda suficientemente acreditado los hábitos endogámicos al uso desde los primeros siglos de la historia de la isla, tanto por los casamientos entre deudos, como por los sucesores y poseedores, situación que no resolvieron las leyes de desamortización que motivaron la liquidación del mayorazgo de Alonso Olivares del Castillo el 18 de noviembre de 1881 por un valor de 1.400.232 reales de vellón que pasaría a mitades partes a José del Castillo Olivares y Fernando del Castillo Olivares.

Apuntar por último las buenas formas sociales que siempre mantuvieron, entre las que habría que destacar las referidas a las donaciones a la Fábrica de la Virgen del Pino por sus mayordomos.

«En 1630 el titular del Mayorazgo, Don Antonio Trujillo Suárez de Vergara, antecesor de los Manrique de Lara dispuso una manda de misa cantada procesión del día de la Natividad de Nuestra Señora del Pino por la limosna de veintidós reales, impuesta sobre dieciséis fanegadas de tierra en Valsendero y ocho en Calderetas (Archivo Parroquial de Teror); y por Escritura de 31 de octubre de 1691 ante el Escribano Jerónimo del Toro y Noble, su hija Doña Luisa Antonia Trujillo Figueroa donó a la imagen de la Virgen del Pino una rama de oro con cuatro esmeraldas, las tres pequeñas y una grande, y una rosa con veintitrés esmeraldas y un asentador de treinta y ocho amatistas» (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 2002, p. 42), entre las que figuraba la famosa Rana (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 1991, p. 89).
 
Estanque del s. XIX construido en el risco (Fedac)
Retomando el antiguo nombre toponímico de Hoya de Mosago, algunas curiosas conjeturas podrían hacerse y todas ellas guardan relación con África. La primera la más moderna, relacionada con el África Austral (Lesoto y Sudáfrica), dado que la voz “Mosago” del “sesotho” es una lengua africana, es como llaman los naturales del pueblo “sotho” al Metro, el tren subterráneo del Metropolitano de Madrid, extendida tal denominación a todos los españoles.

Y la segunda es una variante, que podría entenderse por la dificultad de trasmisión de los fonemas de otras lenguas, referida a la Cueva de Masagó y Cueva de Garadén, de Alcalá del Júcar, ambas horadas en las vertientes del río Júcar, de las cuales el ayuntamiento del lugar dice:

«La Cueva de Masagó destaca por su belleza y delicado picado. Son de origen Almohade y se han conservado intactas durante siglos y mantiene ese estilo inconfundible y espectacular.

[…]  La cueva del rey Garadén, recibe su nombre de un rey musulmán que estuvo en la zona y dominaba el castillo, la aduana y la antigua posada mora, que se encontraba allí ubicada. Tiene alrededor de 750 años de historia y que posee un gran mirador. La función de esta cueva, era bélica, era una especia de aduana, de puesto de vigilia para toda la gente que venía de Castilla La Mancha e iba rumbo al levante, pagara el tributo. Es un túnel de unos 170 metros y era para puestos de centinelas para asegurarse de que la gente que pasaba por allí no se marcharan sin antes pagar» (Recogido en Cueva de Masago, alcaladeljucaroficial.com. 3-nov-2016).

Llama la atención, además de la variante fonética de una voz de otra lengua, trasmitida oralmente en siglos, el que la misma estén construidas en las vertientes del río, como lo pudiera ser el Barranco de Tenoya en los siglos XV y XVI, e incluso después, y también el que estén construidas como “un túnel” de muchos metros, que puede asociarse a la etimología del término “sesotho” utilizado para reconocer el metro.

Pero también hemos obtenido las conclusiones de un amplio estudio etimológico de este topónimo de Alcalá del Júcar (MARTÍNEZ ORTEGA, R. (2000). “Sobre la toponimia de ‘rebvs hispanie’ del primado Rodrigo Jiménez de Rada”, Habis núm. 31. La Laguna: Ed. Universidad de La Laguna, pp. 427-446), sin olvidar de la existencia también del topónimo Las Cuevas en el camino de la antigua Hoya Mosago, con dos conclusiones que nos aproximan a nuestro topónimo (IBÍDEM, p. 445):

«… como una sola prueba podría considerarse nula (testis unus, testis nullus), viene en ayuda de esta interpretación la escueta noticia de los Anales Toledanos en el año 1211:  

“Fue el Rey D. Alfonso con las gientes de Madrit, e de Guadalajar, e de Huepte, e de Cuenca, e de Ucles, e con sus Ricos Omes, e prisieron a Sorquera, e a las Cuevas, e a Alcala, e otros Castiellos. Era MCCIL”.

Las Cuevas en el Camino de Hoya Olivares
(Arqueocanaria, Carta Paleontológica y Arqueológica de Arucas)
Aquí se le denomina solamente “las Cuevas”, en modo alguno identificable con ningún “Cubas”. Aparece en dos noticias más; en 1212 la toman los moros y en 1213 vuelve a ser capturada por Alfonso VIII (p. 176, Anales Toledanos).

Un documento posterior de la cancillería de Fernando III (1224, Junio 16) confirma el topónimo de la Chronica latina Regum Castellae con estas palabras:

“Dono itaque uobis et concedo Alcala, castrum meum, et Caueas de Garadem, sita in ripa de Xucar”.

Solamente cabe indicar su localización. En un paredón vertical de la hoz del río Júcar se encuentra esta cueva fortificada con un aljibe, construcción obviamente de origen islámico y en ruina; se sitúa junto a la ermita de San Lorenzo a 3 kms. Al Oeste de Alcalá del Júcar (Albacete).

En cuanto al segundo compuesto “Garaden” resulta casi tautológico, pues es el árabe “gar al-cayn”, esto es, “cueva de la fuente”. Sin embargo, el paso del tiempo, la pérdida de la lengua árabe, hacía pensar a la gente del lugar que Garaden ─cómo no─ era nombre de un rey moro; así lo dice el Diccionario Geográfico de España (vol. 1, p. 463): “Existen cuevas naturales como la de Garaden, que, según referencias, la ocupó un rey moro llamado Garaden”.
Panorámica del Barranco de Tenoya a su paso por Hoya Olivares ( Alfredo Draco)
Para concluir por nuestra parte, conozcamos en el contexto de la frase “un paredón vertical de la hoz del río Júcar” de la acepción que el DRAE aporta a la voz ‘hoz’:

hoz2 Del lat. faux, faucis.
1. f. Angostura de un valle profundo.
2. f. Angostura que forma un río entre dos sierras.

Demos libertad a nuestra imaginación y nos situamos en los siglos inmediatos a la conquista, considerando el gran caudal de aguas, las grandes vertientes, las cuevas aborígenes de “La Milanera” y “Las Guirreras” con difíciles andenes en la banda de naciente; el topónimo de “Las Cuevas” y el topónimo de “El Riillo” en la banda de poniente.

Todo parece describirnos un paisaje de un angosto barranco entre dos grandes vertientes, y por una de ellas un tributario emulando una fuente o remanente de aguas, que puede remansar en un pilancón perdido ¿Son simples coincidencias?

Localización (IDE Gran Canaria)