viernes, 12 de agosto de 2016

VEGA, BARRANCO DE Y HOYA DE LA (GÁLDAR)

Topónimos que localizamos en las vertientes de poniente de Pico Viento y el Llano de la Cebada, confundiéndose ambos en su espacio geográfico dado el eje primario lo es el barranco y la amplitud de sus escorrentías laterales por la erosión natural en la formación geológica de esta parte de la isla dio a lugar un apartado y escondido lugar. Si bien el barranco mantiene el topónimo original, la Hoya ha sufrido la corrupción con la adición del “artículo determinado”, que induce a creer que el topónimo es dependiente de la Vega de Gáldar, cuando su origen es antropónimo, y en el apellido “De Vega” desde la arribada del conquistador Pedro de Vega, cuya saga terminará emparentándose con los descendientes de los Guanartemes.

Una mejor comprensión de su situación la alcanzamos desde la referencia de la Carretera de Las Cruces a Saucillo (GC-220), dado que a la altura del lugar de Las Minas, el Barranco de la Hoya de Vega tributa sus aguas al Barranco de Agazaga o de Campito, que cruza bajo la anterior carretera aproximadamente en el punto kilométrico 3,5 en una curva para salvar la vaguada y desde donde puede verse al fondo el inicio de la Hoya.
 
Detalle de panorámica (lospasosquedejamosatras.blogspot-com)
Una antigua referencia del topónimo la tenemos en el descripción que se hace de la Dehesa del Prado de Pico Viento, por los deslindes de baldíos y realengos efectuados como consecuencia de la Real Cédula de 22 de agosto de 1705, que nos remite a numeros topónimos de su entorno.

«III.-TIERRAS DE PICO VIENTO
Por la parte que pertenece a Guía y Agaete linda con el Lomito de los Carniceros que mira a la "Joya" de las Escribanas, laderilla adelante a dar encima de un Caiderillo que está debajo de la Cueva del Poleo, el Barranquillo arriba a dar a una Degolladita del Camino de la Carrera, cogiendo por la Barranquera abajo a dar a la "Joya" de Vega, todo el Barranquillo abajo cogiendo un Barranquito arriba que sale a la Corona que dicen de Pico de Viento, cogiendo de dicha Corona a una "Joyeta" abajo a dar a un Barranquito, todo el Barranquito abajo cogiendo una cordillerita adelante a dar a un Lomito que dicen de los Carniceros. Por la parte de Gáldar linda desde la Cueva de la "Joya" de Vega, el Barranco abajo, a dar a la Mina de Samarrita, a la Mina del Chorrito, lindando con tierras del Maestro de Campo Cabrejas y don Juan Cabrejas, las veredas de las minas adelante al Lomo del Toscal, vereda adelante a dar a Peña amarilla de la Fuente a la boca de la mina y tierras de don Juan Antonio de Rojas, Barranquillo arriba a dar al morro· del corral viejo donde están unos barbusanos, cogiendo la cordillera adelante a dar encima del morro del Tomadero, cogiendo un espigoncito abajo a dar a la Gambuesa de las Yeguas, la cordillera adelante a dar con tierras de don Diego Pineda, llegando a la Cancelilla que dicen de Pico Viento, la cordillera adelante lindando con tierras de Esteban González a dar al primer lindero donde comenzaba Guía.
Por la parte de Gáldar linda desde la Cueva de la "Joya" de Vega, el Barranco abajo, a dar a la Mina de Samarrita, a la Mina del Chorrito, lindando con tierras del Maestro de Campo Cabrejas y don Juan Cabrejas, las veredas de las minas adelante al Lomo del Toscal, vereda adelante a dar a Peña amarilla de la Fuente a la boca de la mina y tierras de don Juan Antonio de Rojas, Barranquillo arriba a dar al morro del corral viejo donde están unos barbusanos, cogiendo la cordillera adelante a dar encima del morro del Tomadero, cogiendo un espigoncito abajo a dar a la Gambuesa de las Yeguas, en la cordillera adelante a dar con tierras de don Diego Pineda, llegando a la Cancelilla que dicen de Pico Viento, la cordillera adelante lindando con tierras de Esteban González a dar al primer lindero donde comenzaba Guía. » (SUÁREZ GRIMÓN, 1978, p. 267).
Pero además de los distintos topónimos que nos aporta esta descripción, resaltamos para el estudio de este topónimo, que la “Joya de Vega” es el epicentro de los intereses en el reparto que después se hará de esta Dehesa entre los ayuntamientos de Gáldar y Guía principalmente -también algo de tierras correspondieron a Agaete-, cuando la línea divisoria actual entre Gáldar y Guía está mucho más hacia naciente, por allá del Lomo de Los Silos, concretamente en La Degollada, junto a El Cabezo de la Montaña de Guía, allí donde se iniciaban dos distintos caminos Reales, uno hacia Gáldar y otro hacia Guía, que emegen de las luchas de los poderes económicos de las familias de los Carvajal y de los Pineda.
 
Vista descendente (Google Earth)
Pero además de esta controversia de los territorios, nos describe unas tierras con abundancia de afloramientos de agua cuando menciona minas, fuentes y tomaderos, panorámica muy distinta del dominante árido cardonal actual.

Conozcamos ahora algo más de Pedro de Vega, quien aparece entre los vecinos de Gáldar (conquistadores, pobladores y canarios aborígenes) otorgantes de amplio poder a favor de Francisco Jáimez de Sotomayor, hijo del alférez mayor de la conquista Alonso Jáimez de Sotomayor, ante el escribano público el 24 de octubre de 1526, para pleitear la decisión del gobernador de la Isla y su justicia mayor, Martín Fernández Cerón, de crear una alcaldía real para la localidad de Guía, que hasta entonces era parte del término de Gáldar. Recurrida formalmente, fue primero revocada la decisión, pero la presión del “poderoso grupo guiense”, en otro histórico pleito este por políticas de jurisdicciones y territorios, que al final se consolidó con el nombramiento de su primer alcalde de Fernando Alonso de la Guardia.

«Pedro el Rey, o de Vega, fue conquistador de Gran Canaria, donde casó con la indígena Catalina Hernández y fueron padres de Luis de Vega» (BONNET SUÁREZ, 1960, p. 119) y lo encontramos al lado de doña Catalina de Guzmán, la infanta Masequera antes de ser bautizada, de Luisa de Betancor o Guanarteme, antes Tenesoya Vidina, hermana de Autindana, de los Betancor o Bethencourt, Pineda, Soria o Quintana, Aguilar, Trejo Carvajal, Arjona, Miranda, Rodríguez de Orihuela, Mayorga etc. y sumando a su hijo a esta personación histórica para la Villa de Gáldar:

«Luis de Vega fue hijo del anteriormente citado Pedro de Vega (el Rey). Casó con Leonor de Quintana y procrearon a Juan de Vega, prior de la Catedral de Canarias, a Antonio de Vega, racionero de la misma iglesia, y a Pedro de Vega y Quintana» (IBÍDEM, p. 120).

Leonor de Quintana es hija del conquistador Juan de Quintana o de Soria y de la canaria Maria de González (CEBRIÁN LATASA, 2003, p. 394), de la que se debate su ascendencia. También estuvo casado con la hija de Pantaleón Palomar y la portuguesa Maria Alvares, y nieta por consiguiente de Francisco Palomar “el Viejo”:

«Antonia Palomar, que estuvo casada con Luis de Vega, así como de dos hijos de estos últimos, Luis y Catalina de Vega, que ambos probaron ante la Inquisición de Canarias su limpieza de sangre, en 1575 y 1576, respectivamente, para obtener familiaturas del Santo Oficio, tanto Luis como Diego Flores de San Juan, marido de su hermana» (ROSA OLIVERA, 1972, p. 115).

Los homónimos antes nombrados Luis de Vega, padre e hijo, acreditaron su buena posición económica y a ambos los encontramos comprando esclavos negros. El padre conocido por “el Viejo” compró a una esclava negra de 18 años llamada María en 1529 y el hijo conocido por “el Mozo”, un varón negro de 30 años llamado Simón en 1575 (LOBO CABRERA, 1982). También localizamos al abuelo Pedro “el Rey” haciendo negocios con los productos de sus tierras

«El morisco Bartolomé de Lugo pagaba tres botas de vino a Pedro de Vega, residente en Gáldar, en 1.500 maravedís, 6’5 fanegas de cebada, 2 de trigo y en el servicio de ensarmentarle un parral, haciendo los “engavilles” y amarrándolos» (LOBO CABRERA, 1983, p. 89 ).
 
Vista ascendente (Google Earth)
De los vínculos de la familia galdense De Vega con la nobleza aborigen obtenemos mayor información genealógica razonada:

«De los hijos habidos con Catalina Fernández Guanarteme y de sus tres matrimonios hay evidencias para creer que estuvieron vinculados entre sí por lazos de consanguinidad por línea materna. Así se explica que en el protocolo viejo nº 4 de Guía aparezca Luis de Vega, hermano de Pantaleón, hijo de Luis de Vega “el viejo” (y nieto de Pedro de Vega el rey y de Catalina Fernández Guanarteme) como tutor de Antonio, Fernando, Rodrigo, María Mayor e Isabel, hijos de Fernando Domínguez y de Sebastiana Mayor que no es otra que la Sebastiana Mayor que cita el testamento de Catalina Fernández Guanarteme como su hija.

El que un Vega ejerza la tutoría de los hijos de Bastiana tras la muerte temprana de esta puede ser efectivamente una evidencia para sostener que, a pesar de que nos los cita en el testamento, existían lazos familiares muy estrechos entre ellos. Al sostener que Bastiana es la hija mayor de Catalina, habida de su primer matrimonio con Pedro de Vega, el rey, nosotros conjeturamos que fue su hermano Luis de Vega el viejo (el continuador de la estirpe pues su hermano Juan hace carrera religiosa) y no su sobrino homónimo quien en realidad se hizo cargo de sus hijos tras su muerte.

Es probable que tras el repudio de su primer marido, Catalina haya abandonado el hogar familiar acompañada de Bastiana, su hija mayor. Por no sabemos qué oscuras razones, Catalina no quiso reconocer en su testamento a los hijos varones habidos con Pedro el Rey los cuales  no quedaron bajo su tutela» (HERNÁNDEZ BAUTISTA of GARCÍA TORRES, 2013).
 
Barranco de Agazaga, aguas arriba Barranco de Vega (Google Earth)

Estos lazos nos acercan a la titularidad de esta tierras a favor de los De Vega, del antrotopónimo en la transición entre la Villa de Gáldar y las tierras de Artazo que ocuparon los descendientes de canarios en la medida que fueron hostigados por los colonos pobladores de las tierras bajas, ascendiendo hacia las tierras de los pastos de la Dehesa del Prado de Pico viento y el “lugar de plantaciones” de Artazo (REYES GARCÍA, 2011, 'artaço').

Las generaciones siguientes de los De Vega en la villa de Gáldar hasta el siglo XVII, van a tener en los libros de bautismos padrinazgos muy distinguidos de las familias que ocupaban los primeros bancos de la Iglesia del Señor Santiago.

Este lugar es transitado por senderistas y caminantes que siguen el curso del Canal de la Presa de los Pérez, que se convierte así en un auténtico paseo en un territorio rural alejado del mundo urbanizado que guarda en sus entrañas historias vividas en los siglos inmediatos a la conquista de la isla relacionadas con la sociedad galdense. Arriba estaba el pasto y la cebada que daban sustento a multitud de familias cuyos nobles ancestros vivieron el paso de la prehistoria a la historia.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 5 de agosto de 2016

ÁMBAR, MONTAÑA, MORRO, PLAYA Y PUNTA DEL (ALDEA DE SAN NICOLÁS, ARTENARA Y TELDE)

El topónimo lo encontramos asociado a una Playa en la Aldea de San Nicolás y otra en Telde, además de una Punta y una Montaña en este último municipio. La Playa del Ámbar en la costa del poniente isleño se encuentra al sur de la Playa de Tasarte, entre la Punta del Agujero y El Pasillo junto a la Punta de la Baja del Gigante. Y la Playa, Punta y Montaña del Ámbar en la costa del naciente de la isla, se encuentran muy cercanos entre sí en el litoral norte de la Península de Gando.

Playa del Ámbar de La Aldea (senderistasgrancanaria-blogspot)
También encontramos el topónimo del Morro del Ámbar, en Artenara muy cerca de la Aldea de San Nicolás, tierra adentro conformando la vertiente norte del Barranco de los Juncos conocido como Barranco de La Aldea, en el cauce de desagüe de la Presa del Caidero de la Niña. Por tanto muy distante de la situación en la que encontramos la aldeana Playa del Ámbar, debido ello al distinto origen del topónimo.

Morro del Ámbar de Artenara (Google Earth)
Los topónimos que encontramos junto al litoral, tanto en La Aldea como en Telde, tienen su origen en el “ámbar gris” que fueron encontrados en las playas como masas excretadas o expulsadas por los cachalotes, y por tanto de origen animal.

El topónimo del Morro del Ámbar, por su situación en el interior de la isla, entendemos deba tener su origen toponímico al ámbar de origen vegetal, pues es resina vegetal fosilizada de coníferas, en mayor cantidad, entre el triásico y el paleoceno (300-65 millones de años aproximadamente). Este tipo de ámbar, como tales fósiles, son muy apreciados por los investigadores que las consideran “cápsulas del tiempo”, pues a través de ellos por contener restos orgánicos atrapados en su interior, puede determinarse la atmósfera, insectos y pequeños vertebrados, hojas y ramas de aquel tiempo.

Detalle de ámbar vegetal con insecto y aire en el interior (mineralescanarios.blogspot-com)
Volvamos a los topónimos relacionados con el “ámbar gris”, pues tiene una importancia notable en la historia de las islas. Conocer como el cachalote da origen a este apreciadísimo ámbar, cuando hablamos del mamífero más enorme de las profundidades del mar, el mayor dentado entre los animales, el cetáceo con el cerebro más grande de todos, como su propio nombre científico reconoce Physeter macrocephalus, puede llegar a sorprendernos.

Conocido es que algunas ostras, en concreto la  familia Pteriidae, un molusco bivalvo de blandas carnes, cuando alguna partícula extraña penetra en su interior, genera alrededor de la misma nácar como fórmula de protección, de forma esférica, simétrica y con un resplandeciente lustre; son las mejores perlas consideradas auténticas gemas o piedras preciosas. De su “bello fruto” el calificativo de “madre perla”.

Cachalote en Canarias (especiesamenazadascanarias.blogspot-com)
El mayor cetáceo, tan arrogante y fuerte de apariencia exterior que lo es, como gran depredador, el tamaño de sus capturas es proporcional a su tamaño y a sus enormes cantidades de alimentos que requiere para su subsistencia y la de sus crías. Su dieta incluye el calamar gigante y el calamar colosal, que captura en el el entorno de los 3.000 metros de profundidad. Pero esta gran voracidad por esa gran fortaleza exterior, convierte su intestino en su mayor debilidad, pues tiene que digerir todo aquello que captura, bueno o malo. La sabiduría de la naturaleza, buscó su remedio, y así también los cachalotes producen el “ámbar gris” como método de defensa frente los componentes de los alimentos ingeridos que puedan dañar su intestino. 

Tal como hace la “madre perla”, cuando a su intestino llegan determinados elementos o compuestos formando parte de su alimentación que son dañinos a su organismo, crea una masa blanda, pegajosa, blanquecina y con un intenso olor fecal, que tiene la función algo así como los protectores intestinales que los humanos tomamos. Esta masa adquiere consistencia y cumple con su misión de protección del intestino, y llegado un momento, el cachalote la expulsa la exterior para ser depositada por las olas en las playas. Con el paso del tiempo y su exposición al ambiente exterior, la convierte en una materia amorfa, voluminosa y su composición orgánica adquiere un enorme cualidad de retención de los olores a medida que cambia de color.

Cachalotes en Canarias (especiesamenazadascanarias.blogspot-com)
Y porqué se encuentran en las islas.
«Prácticamente extinguidos a causa de la industria ballenera, los cachalotes se están hoy recuperando. Gracias a las iniciativas conservacionistas, las Azores son uno de los mejores lugares del mundo para su avistamiento. Esta imagen única muestra un grupo de hembras y sus crías durmiendo en posición vertical en el océano. Las crías acompañan a sus madres durante más diez años. Los cachalotes adultos son mamíferos que baten récords, se sumergen hasta 3.000 metros de profundidad en busca de los calamares y pulpos más grandes, y emiten sonidos considerados entre los más fuertes que una criatura animal puede producir.

Asimismo, los cachalotes son los mamíferos que menos duermen. La observación de ballenas ha adquirido una gran popularidad en todo el mundo. Hoy es una actividad más lucrativa que la caza de ballenas y crea puestos de trabajo en muchos países» (National Geographic España, 04-oct-2012).

Cachalotes descansando cerca de Islas Azores (wildwonders08)
Pero su recuperación en nuestro entorno geográfico, lo es porque seis siglos atrás, allá cuando nuestra prehistoria se funde con nuestra historia, cuando con mayor seguridad su número era inmensamente superior, ya era conocido y apreciado el “ámbar gris”. Era un artículo del comercio imperial en África desde el año 1000 a. de C. Los chinos conocían el “ámbar gris” al que llamaban “el perfume de la baba del dragón”, desde la fantasía que provenía de dragones de mar dormidos en las rocas y babeando en el océano.

También fue utilizado por los egipcios como incienso. Difícil de conservar por su propia composición, se conoce que tanto en Oriente Medio como en Roma fue utilizado para la fabricación de perfumes y en las recetas de la farmacopea. En Asia se empleó como especia en la cocina. Los esclavos negros creían en sus propiedades afrodisíacas. Su nombre proviene del árabe clásico “Ánbar”. El comercio árabe en el siglo X lo situaba en el nivel de cotización del oro, y constituía la más preciada ofrenda que llevaban en la peregrinación a la Meca, la única de su vida.

Ámbar-gris (idoiaminguez-com)
El encuentro de la historia de las islas con el “ámbar gris” penetra en los tiempos de su prehistoria perdida del siglo XV, y se tienen algunas noticias con alusiones al tema. En todo caso, para aproximarnos al interés económico que el ámbar despertó, conozcamos primero de una apropiación que se denunció en noviembre de 1594 en la isla de Lanzarote:

«Mas, entre todas estas famosas donaciones enriqueñas, ninguna quizá debería ser tan memorable, por sus circunstancias, como la que hizo de la vega de Taíche a favor de un tal Gutiérrez, su vasallo. Este hombre había tenido la suerte de hallar en una de las playas de la ribera de Lanzarote una gran pella de ámbar gris que, según la común opinión de aquellos tiempos, se llamó una ballena de ámbar; y como el marqués, que se creía señor absoluto de mar y tierra, se la usurpase violentamente, tuvo modo Gutiérrez de pasar a Madrid, en donde, manifestando el agravio que se le hacía, obtuvo despacho para que el marqués le satisfaciese todo el valor del ámbar. Hízosele este pagamento con la referida vega de Taíche, parte de la dehesa de Ye y del cortijo de Inaguadén con otros territorios. Tanto aprecio se hacía entonces de aquella droga que hoy no se puede oler » (VIERA Y CLAVIJO, 1950, p. 288).

Detalle ampliado de la Playa del Ámbar en Telde (historiadeojosdegarza-blogspot)
Hay que hacer mención a la nota el pie (1) que incluye esta edición de la obra citada dirigida por el Dr. Elias Serra Ràfols que dice:
«Una de las condiciones con que los habitantes de Lanzarote habían prestado juramento de vasallaje al marqués don Agustín de Herrera el primero fue que les quedarían libres las riberas del mar, para que cualquiera pudiese recoger el ámbar, con calidad de presentársele, para que si quisiese, le pagase a tanto por onza».

Y si bien era importante ilustrarnos con este litigio para probar el muy antiguo interés económico que había detrás del “ámbar gris”, hemos de comentar también que ya en 1567, el ámbar ya acaparaba muchos intereses y así cuando la Corona concedió el título de Conde de Lanzarote a Agustín de Herrera y Roxas,  hubo de compensarse los derechos anteriores que tenía concedidos Gonzalo de Saavedra sobre la isla, causa por la que se le otorgaba a éste «… los derechos anexos al dozavo perteneciente a Gonzalo de Saavedra, con todas las rentas, quintos, orchillas, pastos, ámbar, conchas y jurisdicción …» (IBÍDEM, p. 350), pues desde las conquista de la Isla se conoció de su existencia en las costas conejeras.

Playa del Ámbar de La Aldea
(senderistasgrancanaria-blogspot)
Su presencia en las playas de las islas ya era conocida en el siglo XV, e incluso lo refiere el papa Eugenio IV por bula apostólica calendada en 12 de enero de 1435:
«por la que se sabe que el celoso obispo don Fernando Calvetes había convertido en la Gomera y en Gran Canaria a muchos de sus naturales […] dispuso que los vecinos de la diócesis rubicense pagasen diezmos y primicias conforme a las de Sevilla y de Cádiz, pero como nuestras islas producían entonces algunos frutos especiales, tales como orchilla, ámbar que se recogía en las playas, alpister, sangre de drago, conchas marinas, etc.» (DARIAS PADRÓN, RODRÍGUEZ MOURE et BENÍTEZ INGLOTT, 1957, p. 62)

Después de estos viajes de conquista de las islas de Señorío, también se encontró este “tesoro” arrojado por el mar en Fuerteventura, como ya se decía «Y por toda la orilla del mar se halla ámbar de excelente calidad, y algunas veces en gran cantidad» (TORRIANI, 1959, p. 71). Esta riqueza natural quedó de nuevo acreditada y encontrada en las siguientes islas de Señorío según se conquistaban, El Hierro y La Gomera, donde «se cogían en sus playas largas porciones de ámbar».

Y así fue conociéndose el ámbar gris por todas las islas, porque todas están en el Atlántico que nos describe el ingeniero cremonés a finales del siglo XVI:

« Además de una infinita cantidad de peces grandes y pequeños, también hay grandísimas ballenas, de las cuales procede el ámbar. Porque, como casi todas ellas mueren entre ciertos peñascos de tierra firme, en estas islas sólo se halla el ámbar en las playas de Lanzarote, Fuerteventura y Canaria, en pedazos pequeños, de color negro o pardo. En otros tiempos se hallaban pedazos tan grandes, que uno solo, vendido en España al precio de dos escudos la onza, valió treinta mil escudos; y se comprende que, de haberse vendido al precio de doce escudos la onza, como hoy día se vende comúnmente en estas islas, hubiera valido bastante más.

El fondo del mar en algunas partes es arenoso, como entre la ciudad principal de Canaria y su puerto, o entre Lanzarote y la Graciosa. En lo demás, se supone que es limpio, y lleno de árboles que dan la goma de ámbar, y de otras clases de plantas, que dan las habas marinas; cuyas dos cosas constituyen el alimento de las ballenas» (TORRIANI, 1959, p. 259).

Ámbar-gris, mediana maduración (asturnatur-com)
Fue una mercancía tan preciada que dio lugar a multitud de transacciones mercantiles, exportación, pago de rescates de esclavos capturados en la berbería, e incluso regalos en agradecimiento a las gestiones encomendadas: 

«De San Cristóbal de la Laguna (el documento dice San Cristóbal de Tenerife), 27 de marzo de 1590; Juan de Vega vende a Argote de Molina, conde de Lanzarote, una pella de ámbar en 1.500 ducados, recibiendo 1.500 reales de contado, y el resto, en letras […] Las Palmas, 17 de diciembre de 1590; pleito seguido para el cobro de la letra; se dicta mandamiento embargando los 1.500 reales que tenía Juan de Vega, como señal de la venta de la pella de ámbar, quien se opone al embargo alegando que esos reales son suyos por incumplimiento del contrato por parte de Argote, y que además, éste tenía en el puerto de Santa Cruz casas y créditos a su favor» (PALMA CHAGUACEDA, 1973, p. 47).   

«Miércoles 3 de dexembre (1631). En este cabildo se acordó que, atento lo mucho que el señor canónigo Juan Manuel Suárez, canónigo de la santa yglessia de Seuilla, a echo en las cossas que esta santa yglessia, le encomienda así de fábrica como de cabildo que se le invíe vn regalo en correspondençia de su solicitud, y auiéndose botado se acordó que se le ynvíen çinco onzas de ámbar y las compre y envíe el señor mayordomo de fábrica de dinero de la misma fábrica y se le escriua el desseo que el cabildo tiene de seruirle» (TORRE, 1997, p. 537).

Costas de Tasarte contiguas a la Playa del Ámbar (senderistasgrancanaria-blogspot)
Como muestra más de su valor como bien preciado, no olvida mencionar el ámbar el ilustre poeta del siglo XVI Bartolomé Cairasco de Figueroa, y así declama y canta el amor a su tierra Gran Canaria (ALONSO, 1952, p. 371):

Yace del Mar Atlántico en el gremio
de las seis amadriades la Reina,
del árbol coronada más nubífero,
y en torno della, entre peñascos, peina
el cabello y la barba, el que sin premio
la regala con ámbar odorífero,
el aire salutífero,
la regalada pluvia,
las flores blanca y rubia
azul, morada, verde, roja y pálida. …

En 1799 el incansable investigador e historiador José de Viera y Clavijo incluía en su Historia Natural la siguiente descripción.

ÁMBAR GRIS.—Sustancia ligera, opaca, grasienta, de color de ceniza, sembrada de manchitas blancas, inflamable, olorosa y medicinal, que el mar suele arrojar a las orillas de algunos países privilegiados y que ha sido uno de los presentes que la naturaleza ha hecho a nuestras islas Canarias en los primeros siglos de su conquista y población. Entre las condiciones con que los vecinos de las cuatro islas menores, prestaban a sus señores el vasallaje, era una que habían de poder recoger el “ámbar” sólo con calidad de que el señor sería preferido en la compra, pagándolo tanto por onza.

[…] También consta de nuestras memorias históricas, que en el año de 1545, encalló en las costas de Gáldar de Canaria una ballena de 35 pies de largo, la cual tenía un pan de cuatro arrobas de ámbar dentro del buche, sobre cuya pertenencia se siguió un pleito en la Real Audiencia. De aquí es que aunque entre los naturalistas, ha sido siempre un gran problema, cual sea el verdadero origen y la naturaleza del “ámbar-gris”, atribuyéndolo unos a los excrementos de ciertas aves que se sustentan de aromas, otros a gomas de algunos árboles; otros a un betún mineral; otros a panales de abejas digeridas por el sol, y alterados por el espíritu salino de los mares, etc.; parece que nuestros paisanos prefirieron la opinión de no ser sino excremento de las ballenas; y por eso para significar una pella de ámbar, no decían sino una ballena de ámbar.

Una escondida Playa del Ámbar en La Aldea, con difíciles accesos (senderistasgrancanaria-blogspot)
En la parte del norte de la isla Graciosa cercana a Lanzarote, hay una pequeña playa que llaman la playa del ámbar a causa de que en ella se solía hallar; y atendiendo el viajero Jorge Glas a la circunstancia de que este ámbar tenía ordinariamente la figura de pera con pezón, se inclinó en su relación de estas islas a la opinión de que cuajaba debajo de aquellas rocas, y que las olas agitadas de las tormentas las arrastraban a la orilla, lo cierto es que han cesado ya semejantes apariciones, y que casi no oímos hablar de ballenas de ámbar en nuestras Canarias; sin embargo parece constante qué el ámbar-gris es producción de un enorme pez cetáceo, llamado “cachalote”; éste en su vientre tiene una bolsa, donde se forman unas bolas, que nadan en un líquido amarillo y fragrante. Algunas de ellas han solido pesar hasta veinte libras, y cuando las arroja a modo de excremento, el mar las bate y las agita como es consiguiente» (VIERA Y CLAVIJO, 1866, Tomo primero, p. 64).

Siglos después ya nos acercábamos más al conocimiento del origen del “ámbar gris”; lo tenemos documentado a finales del siglo XIX, cuando el autor describe los aprovechamientos de la pesca en las islas y dice:
« Hasta poco después de la conquista del país existía y se daba caza al lobo marino, especie de foca, el cual ha desaparecido del Archipiélago, o al menos no se le ve (*)»;

reseñando su llamada a pie de página
«(*) En tiempos pasados solía aparecer en las riberas de estas islas el ámbar gris, cálculo biliario del cachalote phiseter macrocephalus, llamado el tigre del Océano por sus feroces instintos. Llegó á recogerse en tal abundancia esta droga que por ella se pagaba diezmo» (MANRIQUE Y SAAVEDRA, 1873, p. 81).

Mapas de zonas de campañas de estudio santuario de cachalotes
 (WWF - Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario, SECAC)
Con relación al topónimo aldeano de Playa del Ámbar, por situarse el lugar junto al Mar de las Calmas, en el llamado estrecho entre las islas de Tenerife y Gran Canaria donde se hacen muchos avistamientos, puede estimarse que las noticias que contaban que en 1545 se encontró en las costas de Gáldar una ballena que tenía 35 pies, pudiera estar referidas a esta Playa del Ámbar, en virtud del tamaño de la jurisdicción de Gáldar en la antigüedad. Las noticias de las crónicas históricas referidas por Viera y Clavijo, las pudo tomar de alguna de las siguientes fuentes, que a su vez la tomaron de otras desconocidas anteriores:

«Demas de los frutos qe. tengo dicho, hay otro de mas precio y es qe. se halla por la costa de la mar muchas veces ámbar muy fina, qe. según se ha visto es congelo qe. se hace en el vientre de la ballena de unas habas de la mar qe. comen, y esto no pudiéndolo dijerir mueren dello, y así se ha hallado en el ámbar pedazuelos de habas. En el año de 1545 salió en la costa de Gáldar una ballena de mas de 35 pies de largo muerta de opilada, y abierta se sacó della un pan de ámbar qe. tenía mas de cuatro arrobas y muy fino, tan duro, qe. fue menester partirlo con una hacha, y otras veces se han hallado, po. no tan bueno ni en tanta cantidad como este que despide la ballena de suyo, las mas veces negro y blanco» (SEDEÑO, 1936, p. 8).

Andenes de acceso a la Playa del Ámbar de La Aldea, abajo a la derecha (senderistasgrancanaria-blogspot)
«Ademas de los frutos que tengo dichos se cogen en esta isla, hay otro de mayor precio y estimación, y es que se halla muchas veces en las costas del mar, ámbar muy fino, que según hay esperiencia es resina o humor de algunos árboles los cuales dan unas habas que arroja el mar. Este suelen las ballenas comer, sin otro que con sus inquietudes sale a las playas. Del que como la ballena se suele hallar también; como sucedió el año de 1545 que salió en las costas de Galdar una ballena de 35 pies de largo muerta de opilada, y abierta se sacó del vientre un pan de ámbar, que tenia mas de cuatro arrobas del muy fino, y tan duro que fué menester partirlo con una hacha. De esta ballena se sacó cantidad de aceyte. Otras veces se halla, pero no en tanta cantidad ni tan bueno como esto. El que despide la ballena, de suyo las mas veces es negro, y otras veces pardo y blanco; aunque en muchas ocasiones se ha hallado en las riveras y costas muchos pedazos de muy grande valor, estimación y aprecio. (SOSA, 1943, p. 47).

La obra de Antonio Sedeño se data en 1640 y la de José de Sosa 1678, por tanto coetáneas, quienes las pudieron tomar de otros, entre ellos la perdida de Juan Mateo de Castro de la fábrica parroquial de Arucas, quien a su vez la copió de otros.

Playa del Ámbar de La Aldea (senderistasgrancanaria-blogspot)
El acceso a la aldeana Playa del Ámbar es por senderos y andenes serpenteantes, como caleta escondida por los macizos rocosos erguidos sobre las puntas que penetran en el Mar de las Calmas. Formada de pequeños callaos y de una fina arena gris-negra volcánica, construida por la naturaleza en una pequeña ensenada de los escarpes de un farallón costero, abrigada por las puntas.

De los tres topónimos teldenses, la Punta del Ámbar como extremidad septentrional más penetrante en el mar del brazo de tierra que une la Península de Gando, junto a ella la elevación de la Montaña del Ámbar, que da el abrigo a la Playa del Ámbar formada por arena rubia por los siglos como ensenada curva en la mayor estrechez del brazo de tierra firme hasta llegar a la Puntilla del Palo. Todo el conjunto pertenece al territorio bajo la jurisdicción del Ministerio de Defensa.

Vista aérea de la Playa del Ámbar en la Península de Gando en Telde (@KarlosAlipio)
En 1737 ya aparece documentado el antiguo topónimo y de sus pocas recomendables condiciones para el cultivo, por el «patronato de escuela de Telde, fundado por el Capitán Diego López Montañés, natural de Telde y vecino de Nueva Veracruz (Méjico). Dicho Capitán envió desde Indias 1.300 pesos fuertes para invertir en
"tierras y aguas de vaxo los tres heredamiontes de la ciudad de Telde, menos las tierras de Silva, el Ámbar y Melenara, que estas no siruen",

y sobre ellas se debía fundar renta perpetua para que tuviese efecto la fundación de
"escuela de niños hasta escriuir y contar, juntamente clase de estudios con la perfeccion de toda la gramática en la dicha ciudad de Telde" (SUÁREZ GRIMÓN, 1987, p. 750).

Vista aérea de la Playa, Montaña y Punta del Ámbar en Telde (@KarlosAlipio)
Dos siglos después encontramos una poética descripción del lugar, en palabras de un observador paisajista que nos dejó melodías inolvidables que forman parte insustituible del tesoro de la música popular canaria:

«Agando, en el Sur; el mar. Por el falso espejuelo del agua, al norte de la península que por aquí cierra la bahía, está la playa del Ámbar Gris. A cosa de un kilómetro, mar adentro, un peñasco levanta su desolación. Escarpado, zahareño, nacido por cimas y quiebras de enormes tabaibas y cerrajales silvestres» (ÁLAMO, 1959, p. 65).

El “ámbar gris”, no es exclusivo de las islas atlánticas, pues se encuentra en las costas bañadas por los océanos que visitan los cachalotes en su larguísimo peregrinar, con preferencia en las costas de África oriental o en países de América Central. Su color va cambiando a medida que va madurando en el tiempo, y el más preciado, caro y escaso es el que logra la maduración completa, cuando va pasando de una tonalidad amarillenta-dorada a una casi blanca.

Ámbar-gris, alta maduración (asturnatur-com)
Es utilizado en perfumería como un fijador de olores y en la descripción de las notas de perfumes. Presenta un olor salado, su principal atributo es su capacidad para “componer” un olor, es decir, juntar sus notas en una sola, integrándolas, mientras que funciona también como un excelente fijador, adhiriéndose a telas y permitiendo que los perfumes duren más. Algunos investigadores afirman que la bacteria “Spirillum physeteris rectilínea” es la responsable del olor agradable.

Noticia del rodaje
(La Falange 18-dic-1954 - Jable)
No hemos de olvidar que fue un cachalote el que inspiró la obra “Moby Dick”, del escritor Herman Melville, que narra cuando el 20 de noviembre de 1820, la tripulación de veinte hombres del barco ballenero “Essex”, avistó un cachalote de veintiséis metros de longitud, de unas ochenta toneladas de peso, el más grande que habían visto hasta esa fecha, con una descomunal cabeza, y con el que vivieron un auténtico infierno.

Y de la celebrada obra, al cine. Pues fue en la Playa de Las Canteras donde se filmó en diciembre de 1954 la secuencia final de la película homónima dirigida por John Huston y protagonizada por Gregory Peck, la mayor producción cinematográfica realizada en las islas hasta aquel tiempo que desplazó a la Isla especialistas del séptimo arte estadounidense. Y en los astilleros de La Luz se construyó la maqueta de la gran ballena blanca.

Valgan nuestros topónimos, la celebrada obra y su película para conocer cómo y porqué durante muchos años, se cazaron cachalotes buscando el ámbar en su interior. Ahora tenemos la fortuna que la legislación ha cambiado, que en distintos lugares su captura es una ilegalidad, que la sociedad lucha por su conservación, y sólo unos escasos pocos soñadores siguen rastreando mares y playas para hacerse ricos en un sólo día.


Localización en La Aldea (IDE Gran Canaria)
Localización en Telde (IDE Gran Canaria)
Localización en Artenara (IDE Gran Canaria)

viernes, 29 de julio de 2016

MAYORGA, BARRANCO DE (GÁLDAR)

El barranco nace en la Hoya de los Cardos, al pie del Lomo de la Almagra, junto a Cercado de Bastiana, atravesando Artazo y recibiendo las aguas de sus tributarios el Barranco de Artazo y el Barranquillo de los Peralillos, para llegar junto al Roque Maninidra donde acaba aportando sus aguas al Barranquillo de Bracamonte para llevarlas hasta el Barranco de Agaete, a la altura de la Casa Romántica.

Está documentado que las tierras de estos lugares fueron repartidas a partir del segundo cuarto del s. XVI, el topónimo creemos se debe a los descendientes del regidor y conquistador Juan Mayorga, quien conociéndose que estableció su residencia en Gáldar, había recibido otras tierras a finales del siglo anterior en el entorno entre San Lorenzo y Tenoya.

 «Según el libro de Repartimientos, en 13 de julio de 1485 se repartió el Valle de Tenoya desde la acequia vieja a la parte de la Villa del Real […] “Juan de Mayorga, Regidor, Conquistador, 15-6-1485. Y luego este dicho día se fizo una suerte de tierra de una peonía en que ovo cinco aranzadas de tierra de regadío, que es desde peonía que es de Ibone de Armas hasta llegar al camino que va de esta Villa del Real de Las Palmas al lugar de Arucas, y llega por la parte de encima a la acequia y por la parte de abajo al dicho arroyo, la cual se dio al dicho Juan de Mayorga, Regidor”» (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 1987, págs. pp. 257-258).

Ya fallecido, dichas tierras habían pasado a la titularidad de Catalina Guerra según se desprende de la reformación de las aguas del Heredamiento de Tenoya realizada por el licenciado Zárate en 1506:

«Los que han de gozar de la dicha agua son los siguientes: “Primeramente a Catalina Guerra mujer de Juan de Siberio, una suerte de tierra de 5 aranzadas, la cual fue de Juan de Mayorga […] Juan de Mayorga é Juan de Ariñez por él, dos suertes y media”» (IBÍDEM, p. 260-261).
 
La cuenca curva es el Barranco de Mayorga (Google Earth)
Los topónimos que encontramos junto al cauce de este Barranco de Mayorga, nos aproximan a tierras que fueron repartidas entre los naturales de la isla, descendientes de aborígenes, a partir de los repartimientos del segundo cuarto del s. XVI, resolviendo así la presión a que fueron sometidos por los colonos-pobladores que los desplazaban de las tierras bajas con mejor aprovechamiento agrícola, como ya hemos tratado en distintas entradas a este Blog: Artazo, Cercado de Bastiana, Maninidra y Samarrita.

La hipótesis de tierras de un descendiente del conquistador y regidor Juan de Mayorga, como ya se ha dicho en un territorio en aquellos tiempos poblado por naturales de las isla descendientes de aborígenes, obliga a conocer algo más del conquistador, de sus relación con el grupo étnico aborigen, de sus descendientes y las posibles relaciones de sangre que pudieron facilitar a alguno de ellos a este lugar, tan identificado con los descendientes de Fernando de Guanarteme. Conozcamos la reseña compilada de su persona.

«Abreu lo cita como uno de los primeros regidores de Gran Canaria. Conquistador de Gran Canaria, de los llamados de las Islas. Hijo de Francisco Mayorga, converso, hermano de Inés Mayorga, c. con Pedro Mayor, de las Islas.

Vecino de Lanzarote en 1475, fue testigo en la escritura de poder otorgada por los vecinos de Lanzarote en favor de Juan Mayor y Juan de Armas, el 21 de agosto de 1475. En 1478, después de la Pesquisa de Pérez de Cabitos, se unió a la conquista de la Gran Canaria. Se avecindará, acabada la conquista en el año 1483, en la zona de Gáldar. Regidor de Gran Canaria en 1485, será uno de los alcaldes mayores de la villa Real de Las Palmas durante el gobierno de Vera, periodo de 1483 a 1485, por lo que durante la residencia de éste fue procesado en 1491-1492. Se le acusaba de haber liberado a dos presos En la RC de septiembre 1492 se ordena que sea enviado a la Corte, ya que ha sido condenado en residencia por su labor como alcalde. Se le acusó de haber liberado a un somético [sodomítico] llamado Francisco y al portugués Juan, que estaba detenido por robar una casa. En 1485 recibió, en repartimiento, tierras, solares y aguas en el término del Real de Las Palmas. En 1506 recibió tierras en el barranco de Tenoya [sic]. Murió antes de 1502, ya que en febrero de 1502 aparecen sus herederos habiendo vendido tierras a Batista de Riberol.

Casado con Juana Bolaños. Hijos: I. Francisco Mayorga, c. con Catalina Michel. II. Francisca de Mayorga, c. con Alfonso [Alonso] Rodríguez de Palenzuela. III. Isabel. IV. Juan de Bolaños» (CEBRIÁN LATASA, 2003, pág. p. 332).

Horno de pan (Fedac)
En relación con la compilación de datos de la fuente anterior, llamamos la atención que cuando dice “en 1506 recibió tierras en el barranco de Tenoya”, no cabe tal posibilidad porque ya era fallecido. Posiblemente confundió la fuente con la desposesión de sus tierras por la reformación del licenciado Zárate a la que ya nos hemos referido. La certeza de su fallecimiento en 1502 la tenemos acreditada por el siguiente documento:

«1503, febrero 6, lunes.
Toma de cuenta al honrado Pedro López de Sevilla, tesorero de la santa compusyçión en el obispado de Canaria, por el reverendo señor don Alonso Bibas, prior de la Iglesia de Canaria y comisario de la dicha santa compusyçión. Ha recibido lo siguiente, de las personas que se indica […] Juana de Bolaños, testamentaria de su marido Juan de Mayorga, que mandó dar de limosna a la santa cruzada 1.200» (LADERO QUESADA, 2004, pág. p. 270).

Antes de seguir avanzando en las dudas que nos invaden en cuanto a la identificación de su descendencia, veamos primero de su ascendencia, pues será muy importante conocer de algunos detalles.

La misma fuente bibliográfica anterior aporta los datos compilados de quien se cree pueda ser su padre Francisco de Mayorga:

«Abreu lo trae como conquistador de Gran Canaria y sirviendo de padrino y tutor espiritual de la hija del Guadarteme de Gáldar. Casado con Juana Bolaños. Cfr. op. cit., libro II, cap. 25. Es error por su padre o su hijo Juan».

Ya detecta el error, al estimarlo casado con Juana Bolaños, que es el nombre también de la mujer de Juan de Mayorga, de donde la información del padre o del hijo es incorrecta. Y ello acontece porque en distintas crónicas históricas se atribuyen a Francisco de Mayorga hechos que corresponden a Juan de Mayorga, y así en la narración cuando se trae a colación el nombre de su mujer, se menciona a Juana Bolaños. Se tiene la relativa certeza de la presencia en las islas de Francisco de Mayorga por distintos documentos, sin que puedan determinarse sus tiempos de vida, pero nada más. Es sabido que los cronistas del s. XVI utilizaban multitud de fuentes, en su gran mayoría orales, y ello propiciaba la difícil identificación de los protagonistas de sus crónicas cuando los antropónimos eran coincidentes y era la expresión más acostumbrada de entonces.

Entre esas menciones tenidas como erróneas, veamos aquella que más nos interesa
por lo que vamos a contar de este topónimo.

«La hija del Guanarteme de Gáldar don Fernando, que se decía Tenesoya, llegada fue al real de Las Palmas, la entregaron el obispo don Juan de Frías y Pedro de Vera, a Francisco de Mayorga y a Juana de Bolaños su mujer, para que la doctrinasen. Quiso luego ser cristiana. Baptizóla el obispo don Juan de Frías; llamóse doña Catalina. Fueron sus padrinos el gobernador Pedro de Vera y Francisco de Mayorga, y su mujer Juana de Bolaños. Fue casada esta doña Catalina con don Fernando de Guzmán, hijo de Alonso de Guzmán, nieto de Fernán Pérez de Guzmán, señor de Vatres y Alcubillete [Alcaudete] del reino de Toledo, de quien vienen los Guzmanes del pueblo de Gáldar» (ABREU GALINDO, 1977, pág. p. 235).

Entre las Notas que incluye al pie el profesor Alejandro Cioranescu en la misma página dice:

«Francisco de Mayorga parece ser error, por Juan de Mayorga, vecino de Lanzarote en 1475, conquistador de Gran Canaria y regidor de su primer cabildo en 1484 (cf.239.27), alcalde mayor en 1491 y fallecido, según parece, por 1505 o 1507 [sic]. Fue casado como aquí se indica, con Juan de Bolaños, de cuyo matrimonio tuvieron a Francisco de Bolaños; a Francisca de Bolaños, casada con Alonso de Palenzuela; a Isabel y a Juan de Bolaños. Sin embargo, de los documentos resulta la existencia tanto de un Juan de Mayorga como de un Francisco».

Es importante que retengamos esta aclaración y así entender con claridad el texto que reproducimos de otra crónica posterior del s. XVII.

Ya en relación con su descendencia, y con respecto a su cuarto hijo, puede que sea la misma persona llamada Juan de Mayorga, que en la puerta de la “yglesia del señor Santiago” de Gáldar, el 7 de enero de 1536, contradice la solicitud de data de tierras en Valsendero de Alonso Medina, alegando que “entre los dos barrancos diciendo ser suyas” (RONQUILLO RUBIO & AZNAR VALLEJO, 1998, pág. p. 93), de donde tenemos el testimonio de ser estante en Gáldar.

Aparentemente no cabe la posibilidad que este Juan de Bolaños o de Mayorga sea descendiente de Inés Mayorga, supuesta tía del conquistador Juan de Mayorga, casada con  Pedro Mayor en sus segundas nupcias sin descendencia. Pero sí fue por el cónyuge de esta tía-abuela por donde alcanza la familia el vínculo de sangre con los naturales descendientes de canarios ilustres.

«Grancanario prehispánico, conquistador de Tenerife. Criado de Lugo. Vecino en El Realejo de Abajo, Taoro, aunque pasó gran parte de su tiempo en Abona -Chimiche, Río de Arico y Tajao- donde tuvo su majada de ganado cabruno. Se encuentra suficientemente documentado, aunque no se han conservado testimonios suscritos en las escribanías de Taoro. Sí, en abundancia, los de su descendencia. Recibió tierras y aguas en Taoro -Realejo e Icode de los Trigos-, Güímar y Abona. AMLL.

Era hermano de Diego Mayor, y tal vez también lo fuera de Francisco Mayor. Primo de Alonso Díaz. Casó con Marina Fernández, hermana de Constanza Fernández y de Hernando Guadarteme.

Hijos: I. Catalina Mayor, c. con Andrés Sánchez, Diego Romero y Luis Hernández, carpintero. II. Juana Mayor, c. con Juan Delgado. III. María Mayor, c. Hernán Sánchez y Alvaro Gallego. IV. Juan Alonso (Debió nacer en Gáldar hacia el año 1495), c. con Leonor Hernández, hija de Fernando Guadarteme, tío del propio Juan, y de la esclava guanche Inés. V. Pedro Hernández, c. con Antonia González.

Una vez viudo, casó con Inés Mayorga, hermana de Michel de Vera y de María de la Torre, pasando a vivir en la villa de Gáldar, donde murió en el año 1521. Ante Alonso de San Clemente, el 27 de julio de 1516, fs. 268r/272v. AHPLP. No tuvo hijos en este segundo matrimonio» (CEBRIÁN LATASA, 2003, pág. p. 332).

Y decíamos aparentemente no cabía fuera descendiente de Inés Mayorga, tía de Juan de Mayorga si fuera hermana de Francisco de Mayorga, supuesto conquistador y padre de aquel, como se dice al principio; y nos asaltan dudas, pues no concuerda que si fuera la hermana de su padre, sea la misma Inés Mayorga que se casó con el canario Pedro Mayor, de la que se documenta después es hermana de Michel de Vera y de María de la Torre.

Entiendo que se esté confundiendo a dos Inés Mayorga, de distintas generaciones, y además, que de la tía del conquistador Juan de Mayorga puede haber otra línea de descendencia que pasó a Tenerife:

«Luis de Mayorga parece proceder de Gran Canaria; por la edad que declara, debió de nacer en 1482. Era estante en Tenerife en 1507 y vecino en 1520, cuando le dieron en data una fanega de tierra …» (CIORANESCU, 1975, pág. p. 82).

Tenemos otra referencia más  sobre Ynés Mayorga que aparece como acreedora de Catalina Hernández Guanarteme, hija de Fernando de Guanarteme, según su testamento de 10 de abril de 1526 (LOBO CABRERA, 1980, pág. p. 147), de donde concluimos que no es coetánea con la tía de Juan de Mayorga, por ser hermana de su padre según se dice.

Y para más abundar, otro documento notarial de 1550:

«Y porque en el testamento de 4 de diciembre de 1550 la vecina de Gáldar Inés de Mayorga nombraba heredera usufructuaria a su hermana María de la Torre y, a su muerte, al síndico Damasio Andrés 21».

La antes dicha nota 21 a pie de página dice además de tierras en Artazo:

 «A.H.N. Sección Clero, libro 2352, 1701, ff. 14 r. y ss. A la muerte de Simón González, esposo de María de la Torre, los bienes de Inés de Mayorga y de María de la Torre fueron inventariados y transferidos a los síndicos con la obligación de que éstos socorrieran al convento y a sus frailes en el orden y manera que dispusiera el Padre Guardián, además de que se les dijera una misa rezada cada semana. Otorgó última voluntad de 4 de diciembre de 1550 en presencia de Alonso Sánchez. Posteriormente, las veinte fanegadas de tierras en Artaso fueron vendidas por Damasio Andrés Barreto Martín a censo perpetuo a Gonzalo de Quintana el mozo y a Ana de Betancur con las 3 doblas de tributo, según la escritura dada por Diego de Flores de San Juan el 14 de enero de 1567»  (CRUZ Y SAAVEDRA, 2008, pág. p. 46).

Cueva-alpendre y bebedero (Fedac)
Y otra nota más del anterior autor e investigador que hace referencia al año 1562 en relación con esta última Inés de Mayorga:

«A.H.N. Sección Clero, libro 2352, 1701, ff. 14 v.o. A raíz de la solicitud que hizo de las memorias de Inés de Mayorga y María de la Torre, debido a la pérdida de los instrumentos ocasionada por el desgraciado incendio que afectó al recinto el 26 de enero de 1562» (IBÍDEM, p. 49).

Y si bien ya tenemos una pista cierta de quien eran las tierras por la que discurre el Barranco de Mayorga en Artazo, sigamos avanzando con los descendientes. También tenemos otra línea de los Mayorga, como es el caso de Diego de Mayorga casado con María Hernández, estantes en la Ciudad Real de Las Palmas en 23 de enero de 1516/1518 (¿?), en cuya nómina también encontramos el matrimonio de formado por la hija del conquistador Juan de Mayorga, Francisca de Mayorga y Alfonso Rodríguez de Palenzuela  (LOBO CABRERA & RIVERO SUÁREZ, 1991, pág. p. 109).

Al igual que tenemos al hijo de Juan de Mayorga deteniendo a un morisco converso fugado, por los “riscos de Gáldar” cerca de la costa, pudiendo ser en los altos del fondeadero del Juncal dado que tenía sus tierras en el camino a Agaete.

«4. 1511, 17 de mayo-l512, 6 de septiembre. Proceso contra Alonso de Fátima, morisco converso, vecino de la isla de Lanzarote, por fugarse de las cárceles secretas del Santo Oficio, donde estaba preso acusado de hereje y apóstata. Fue localizado en los riscos de Gáldar por Francisco de Mayorga con el que sostuvo lucha y antes que lo prendieran se arrojó al mar» (RODRÍGUEZ, 1969, pág. p. 131).

Para no alejarnos de nuestro relato, expongamos de cuándo viene la especial e importante relación que mantuvo Juan de Mayorga con Fernando de Guanarteme, de afinidad más allá de la buena vecindad, que debió prender entre ambas familias lazos de afectos y reconocimientos recíprocos, que de alguna forma unieron a sus respectivas familias de forma tal, que en los tiempos próximos al centenario de la conquista en que los naturales fueron hostigados por los colonos-pobladores, extranjeros a todos los efectos como los Mayorga, permitieron no sólo que convivieran muy próximos, sino además seguir manteniendo y fortaleciendo esa especial afinidad, más allá de los vínculos de sangre que ya existieron. Acudimos así al relato de otro cronista histórico del siglo XVII, primero conociendo como fue apresado Juan de Mayorga por los aborígenes, de su liberación y después ampliando con mayor detalle el mismo momento antes recogido por ABREU Y GALINDO, y todo ello volviendo a confundir al personaje de Juan de Mayorga con Francisco de Mayorga.

«Dieron muerte este día a ochenta cristianos, y cautivaron mas de ciento; y así mismo se levantaron con treinta muchachos, hijos de hombres principales de lo mejor, y más lucido de la isla de Lanzarote, que los había dejado Diego de Herrera en rehenes de la amistad y paz que habían concertado; en los cristianos que cautivaron este día, fué preso Francisco de Mayorga alcayde de la torre el cual llevaron a su rey D. Fernando Guanarteme que lo tuvo en mucha estimación, como a caballero principal, y él se lo agradeció como adelante se dirá». (SOSA, 1849, pág. p. 74).

«Llevó Guanarteme por interprete a un caballero español llamado Francisco Mayorga, que sabia muy bien la lengua canaria, por haber estado mucho tiempo cautivo asistiendo al rey D. Fernando Guanarte el bueno en Galdar. (este caballero era alcalde de la torre de Gando cuando la tomaron los canarios) Bautizóse pues, y fueron sus padrinos los señores reyes católicos.» (IBÍDEM, p. 114).

«Su magestad hizo merced a Francisco Mayorga, que fué por lengua, y interprete de D. Fernando Guanarteme, del alguacilazgo mayor de la isla gran Canaria. A D. Fernando Guanarteme, hizo también merced en dicha isla de los valles y términos de Aumastel y Gaayedra, y entonces Guadayeda, que hoy está corruto el nombre que fué lo que pidió el dicho D. Fernando al Rey. Este solo término de Guadayeda. Guayedra, le quedó, porque como murió después en la conquista de la isla Tenerife, y no dejó hijo varón, se perdió lo demás viniendo a poder de otros» (IBÍDEM, p. 115).

«Hecho este concierto, los capitanes recogieron su gente y marcharon al Real de las Palmas, confiados y seguros de la palabra de los canarios que jamas faltaría, por ser de lo que mas se preciaban. De allí a poco vinieron los canarios y trageron consigo, con mucha veneración a su señora. Traíanla cuatro hidalgos de cabellos rubios, puesta sobre unas andas, vestida de un zamarro de pieles curiosamente dispuesto y labrado, que la cubría toda, tocada como cristiana y bien prendida a su uso. Adornada de muchas curiosidades, que tenían habidas de los cristianos. Venían sus dos tíos; el Faican de Galdar y el de Telde á los lados, mas no parejos, con ella, sino algo hacia atrás. La demás gente principal é hidalgos, de los que podían traer cabellos largos, unos acompañándola adelante, y otros sirviéndola á tras con mucha gravedad y compostura modesta.

Supo Pedro de Vera, su llegada, y con notable alegría, juntamente con los demás capitanes, oficiales y soldados del Real, les salieron a recibir con mucha diligencia al camino que viene de la Ciudad de Telde; y estando todos juntos, después de haberse unos a otros cortejado con muchas reverencias, y cortesanias, los dos Faicanes por intérprete llamaron al capitán Pedro de Vera, y delante de todos le dijeron.

“Aqui os entregamos nuestra reina y señora en nombre del rey de España, en cuyo lugar estáis, para que la tratéis como á hija del rey Guanarteme el bueno, que era el verdadero señor, y rey de esta tierra é isla, para que la deis en guardia á cristiano que sea noble; y la tratéis bien como á persona tal”.

Pedro de Vera, lo aceptó y prometió hacer con juramento. Estaba presente Francisco de Mayorga alguacil mayor por S. M. y alcalde también puesto por Pedro de Vera. Fué el primer alcalde que hubo en la isla, el cual le pidió para tenerla en su casa; Pedro de Vera se la dio con mucha alegría de todos los canarios, que ya le conocían, por haber estado cautivo en poder del rey su padre D. Fernando Guanarteme el bueno, que le cogieron en la torre de Gando, de donde era alcalde, cuando la tomaron los canarios; y como fué tan bien recibido, y tratado del rey, asi lo pagó á su hija él y Juana de Bolaños su muger en el regalo y tratamiento que le hicieron.

Pozo y estanque (Fedac)
De allí á poco se bautizó, y fueron sus padrinos Rodrigo de Vera, hijo de Pedro de Vera, y el mismo alcalde mayor y su muger. Bautizóla el Sr. obispo D. Juan de Frías en la iglesia de S. Antonio Abad, que fué la primera del leal de las Palmas, y en donde estuvo muchos años la clerecia, hasta que después se fabricó la Santa iglesia catedral. Pusola su señora por nombre Doña Catalina; seria entonces de edad de diez años poco mas, era muy blanca y rubia, que entre los canarios gentiles se tenia por grande bizarria: era hermosa y discretamente honesta, estuvo en casa del alcalde Francisco de Mayorga, hasta que vino de la isla de Lanzarote, á morar á esta de gran Canaria Maciot de Betancurt, y su muger Luisa de Betancurt, su prima-hermana, sobrina del rey D. Fernando Guanarteme el bueno, aquella varonil señora del rescate de los 113 cristianos, que se volvió otra vez á Lanzarote después de haberlos rescatado. Esta señora su prima, la llevo á su casa, y la trató como a hermana, que como á tanto se amaban las dos primas. No podian estar apartadas, hasta que tuvo edad para casarse, y la casaron con un caballero Toledano llamado Fernando Guzman, hijo de Alonso de Guzman y nieto de Fernando Pérez de Guzman, señor de Bates y Alcaudete, cuyos descendientes son los Guzmanes que viven en Galdar» (IBÍDEM pp. 123-124).

Se entenderá que fue muy próxima la relación, y aunque se quisiera ignorar la interpretación del profesor Alejandro Cioranescu, tanto fuera Francisco como Juan de Mayorga superó todas las expectativas entre un natural de la isla con una arribado extranjero, hecho que de alguna manera se contraponía a las noticias de la captura de aborígenes para su venta como esclavos.

«Esta sugestiva explicación de Marcy tropieza con las ideas de Wöffel sobre la actuación de los obispos; y no advierte la abundante venta de esclavos menores de edad, conocida por los documentos de Valencia, Sevilla, etc. pero tiene a su favor datos ciertos, como la entrega de la Princesa Tenesoya a Mayorga … » (MARCY, 1962, pág. p. 257 np. 41).

Pero toda duda en cuanto a quien fue el primer alcalde del Real de Las Palmas, nos la aporta un documento oficial de un procedimiento iniciado:

«343. 1492 Septiembre (s.d.). Zaragoza (f. 97). Incitativa a Francisco Maldonado, juez pesquisidor de la isla de Gran Canaria, para que ordene a Fernando de Trujillo y a Juan de Mayorga, alcaldes que fueron de Pedro de Vera, gobernador de la isla, que comparezcan ante el Consejo Real, por haber sido culpados en la residencia de dicho gobernador, con licencia para poder prenderlos y enviarlos, a sus costas, ante el Consejo, en caso de que no entreguen fianzas suficientes. Don Alvaro. Decanus hispalensis. Johannes. Antonius. Petrus. Mármol » (AZNAR VALLEJO, 1981, pág. p. 70).

También el apellido Mayorga llegó al nuevo mundo descubierto de las Américas, de la descendencia del regidor, haciendo honor a aquello que acreditó el ancestro durante la conquista de la isla. Como es el caso de un homónimo suyo que fue también conquistador por aquellos lares:

«Lucas Fernández de Piedrahita y Fray Pedro Simón corroboran que con don Alonso Luis Fernández de Lugo se enrolaron en Canarias "gente noble y común", "algunos de los soldados de más porte de las Islas, y personas de mucha experiencia, como Juan de Mayorga, antiguo conquistador de Cubagua"» (MORALES PADRÓN, Canarias en los Cronistas de Indias, 1964, pág. p. 218).

En 1541 en esa expedición a América del Adelantado fueron cantadas las gestas del oriundo de la isla

«Lugo [Alonso Luis de] dispone que los expedicionarios queden bajo el mando de dos capitanes veteranos: Martín López y Juan de Mayorga, de quien dice Castellanos [Juan de CASTELLANOS, Elegías de varones ilustres de Indias, Madrid, B.A.E. 1852]:  (BORGES, 1974, pág. p. 176)

“Juan de Mayorga, hijo, semejante
En discreción, honor, virtud, proeza,
Que vive y es persona señalada
En este Nuevo Reino de Granada.
Persona de mí harto conocida
Pues ví que en escuadrones de Belona
Ha servido muy bien toda su vida;
Y sirve hoy a la real corona”.»

Ya más tarde, de las veinte fanegadas de tierras en Artaso que pertenecieron a los bienes de Inés de Mayorga, quien el 4 de diciembre de 1550 nombró heredera usufructuaria a su hermana María de la Torre, viuda de Simón González, que recibió en donación el Convento de san Antonio de Padua de la orden franciscana en Gáldar, nos queda como testimonio de un noble apellido en el topónimo del Barranco de Mayorga, dentro de un territorio de tierras rojas en el que encontramos algunos más recientes bienes etnográficos, como una cueva horadada como alpendre, con su trabajoso bebedero labrado en la tosca, un horno de pan rematado con su boca rematada en piedra, o un viejo pozo con su estanque construidos con el canto rojo de Gáldar, tratando de encontrar en las entrañas de la tierras las cada vez más difíciles aguas de riego.

Algún día nos descifrará algún genealogista por qué línea de los Mayorga llegamos a los ascendientes de esta Inés de Mayorga, hermana de Michel de Vera y de María de la Torre, que casó con el viudo Pedro Mayor estantes en la villa de Gáldar, de la que tenemos distintas noticias prestando dineros a los naturales de la isla en Gáldar, entre ellas Catalina Fernández Guanarteme. Está documentado que los tres son sobrinos de Juan de Guzmán y Juan de la Torre, grancanarios que participaron en la conquista de la isla de Tenerife, ambos sobrinos de Juana "la Canaria".

Juana "la Canaria" es Abenchara (HERNÁNDEZ BAUTISTA et GARCÍA TORRES, 2015), la guayarmina de Gáldar que fue anteriormente esposa de Thenesor Semidan, después bautizado  Fernando Guanarteme, madre de Guayarmina y otra hija de nombre aborigen desconocido, bautizadas Margarita y Catalina Hernández Guanarteme. Repudiado su esposo, casa, sin haber enviudado, con un noble indígena que es el que huye dando lugar al segundo cautiverio, esclavizada por Pedro de Vera quien la vendió en Jerez de la Frontera porque su marido, el desconocido noble indígena, se negó a ir en cabalgada a Tenerife. Obtuvo su ahorramiento en 1491.

Juan de Guzmán se casó con la grancanaria Marina Sánchez y después con Catalina Femández, viuda del grancanario Pablo. Su primera mujer trajo al matrimonio un entenado llamado Pedro Texena. Juan de la Torre se casó con la grancanaria Inés de la Torre, con la que no tuvo hijos, quien trajo también al matrimonio al entenado Agustín de Torres (CEBRIÁN LATASA, 2003, pp. 262 y 450).

Presuponemos y todo parece indicarlo, tuvieron algún tipo de relación por vínculo de sangre o afinidad: de una parte, con Hernando de Guzmán, casado con Masequera o Mastegena, bautizada Catalina de Guzmán, hija del último guadarteme Egoniga Semidan, y por tanto sobrina nieta de Fernando de Guanarteme. Y de otra, con los varias veces nombrados Juan de Mayorga y Juana de Bolaños. De los naturales de la isla en esos tiempos, poco podremos saber, dado lo que nos cuentan las crónicas históricas de sus costumbres.

«Su modo de contraer matrimonio era: En agradando al varón alguna mujer fuese doncella, viuda ó repudiada de otro, pedíala á sus padres (si los tenía) y si ellos consentían, sin otra ceremonia ni concierto quedaban casados con el consentimiento de ambos. Y tenían las mujeres que querían y podían sustentar, y como el casamiento era fácil de contraer, fácilmente se dirimía: porque en disgustando el mando de la mujer, ó al contrario, la enviaba á su casa, y ella podía casarse con otro sin incurrir en pena, y él con otra las veces que se le antojaba: y los hijos de aquel matrimonio dirimido, ó divorcio, eran tenidos por no legítimos, y así, llamaban al tal hijo “Achícuca” y á la hija “Cucaba”» (ESPINOSA, 1920?, p. 48).

Localización (IDE Gran Canaria)