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viernes, 26 de agosto de 2016

FALCÓN, CUESTA DE (TEROR)

Topónimo con el que se conoce un tramo del camino Real de Teror al Real de Las Palmas y a la Vega de Santa Brígida, comprendido entre el Barranquillo de Ojero, al naciente del pago de Quebraderos dentro del antiguo valle de Arbejales y el pago de El Faro, tramo que en un escaso recorrido de unos 625 metros se pasa de los 600 msnm. del barranquillo a los 825 msnm. en los que se encuentra El Faro, de donde recibe el genérico de “cuesta” por el esfuerzo físico que comporta, allí donde se bifurcaba el camino Real, uno en dirección a La Vega, como ya se ha dicho, y otro en dirección a San Lorenzo por el Laurelar, y de aquí llegar hasta el Castillo de San Francisco y el Risco de San Nicolas en el Real de Las Palmas.

El camino Real por la Cuesta de Falcón desde Teror al Real de Las Palmas o a La Vega es mencionado muy temprano en la historia de la Isla, y tenemos un cita concreta en el diario redactado por el capellán agustino Fray Estevan Azevedo, de la visita del corregidor Teniente Coronel Nicolás de la Santa Ariza y Castilla a Gran Canaria en 1764, iniciada el lunes 17 de septiembre y terminada el 5 de noviembre para realizar los deslindes de la Montaña de Doramas. El viernes 19 de octubre escribía el capellán:

«Este mismo día viernes, por la tarde, despedido el Sr. Corregidor y cavalleros diputados del Vble. Cura don Lázaro Marrero y demás cavalleros que le havían cumplimentado, siguieron la derrota asia el lugar de la Vega, acompañando a el Sr. Corregidor el Alcalde, don Manuel del Toro y el Capitán don Antonio Henríquez, con parte de la comitiva, por el camino llamado de los Arbejales y la otra parte por la fragosa cuesta intitulada de Falcón, asta incorporarse con la otra parte de la comitiva en la Joya de la Caldera a donde llegó a unirse hasta condusirlos a la Vega el Alcalde del lugar don Juan Bauptista, el que por no tener casa capás para hospedar a toda la tropa, los recibió en la casa de la Señora doña Francisca Conde, sita en el pago llamado Vega de Arriba, a la que llegaron con media ora de la  noche» (ROSA OLIVERA, 1956, p. 178).

Pero el esfuerzo físico no lo era, y sigue siendo, en exclusivo de la gran pendiente, pues se veía agravado por la casi permanente humedad del suelo. Los romeros y peregrinos que por las fiestas del Pino que proceden de la Vega de Santa Brígida, a partir de El Faro continúan en su descenso por la camino vecinal asfaltado que lleva a Sagrado Corazón. La Cuesta de Falcón es utilizada en la actualidad por los lugareños y los senderistas casi en exclusivo.
 
Vista (jfemedenruta.blogspot-com)
El topónimo tiene sus orígenes en Catalina Falcón quien debió residir y tener tierras por las que atravesaba el camino, desde las tesis que se recogen a continuación:

«El primer Falcón del que existe constancia como poblador terorense es Diego Falcón, nacido en 1508 en Montehermoso del partido judicial de Coria (Cáceres); tenemos un linaje extremeño en Teror, de la tierra de los grandes emigrantes del siglo XVI; no participó en la conquista de Gran Canaria, fue poblador posterior. Resulta de una información practicada en 1575 que en este año era Capitán de Infantería Española y Alcalde de Real de Teror; estuvo casado con María Domínguez y consta que fue su única hija Leonor Falcón, bautizada en el Sagrario Catedral el 2 de febrero de 1542 y casada en Teror con el Capitán Juan Lorenzo Castellano; de este matrimonio nació Catalina Falcón, posiblemente el topónimo “Cuesta de Falcón” tiene por origen el que en este lugar vivió esta mujer y alguno de sus descendientes que siguiendo uso de la época adoptaron el apellido de la madre, esta es la opinión de Fernández de Bethéncourt [cita el autor su fuente bibliográfica: FERNÁNDEZ DE BETHENCOURT, F. (1878), Nobiliario y Blasón de Canarias]; casó con Gaspar Hernández , hijo del Portugués Roque Hernández y de Elvira Gutiérrez; hijo del matrimonio Pedro Falcón, vecino de El Palmar casado con Isabel Suárez y Gil.

De esta rama procede Juan González Falcón, bautizado el 14 de septiembre de 1635, Sacerdote después de viudo, ostentando el cargo de Canónigo Doctoral de la Catedral; fundó un mayorazgo con todos sus bienes, en el que incluyó la ermita de San Isidro edificada a su costa; el cortijo de este nombre perteneció a la familia.

Los descendientes de los Falcón de Teror enlazaron con los Bethéncourt de la rama del normando Juan de Bethéncourt, con la familia Llarena, con la de Castillo Olivares, con la de León, Massieu, Matos; el ilustre Don Leopoldo Matos Massieu, ministro de la Corona tenía sangre de los que por las brumas del siglo XVI vivieron en la Cuesta Falcón»  (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 2001, p. 137 ).

Pero conozcamos algo más del antes mencionado Juan González Falcón, que fue conocido como Canónigo Falcón en el Cabildo Catedralicio, quien puede ser sobrino de la mencionada Catalina Falcón origen del topónimo.
 
Vista (caminosdecanarias.blogspot-com)
«Juan González Falcón es un personaje excepcional del siglo XVII grancanario. Nacido en Arucas, conoció todos los estados de vida pues fue soltero, casado, padre, viudo, canónigo y sacerdote. Veamos primero su partida de bautismo:

“Juan, hijo de Isidro González y su mujer María Falcón fue bautizado en catorce día del mes de septiembre deste año de mil seiscientos y treinta y cinco años bautizole yo el cura Ojeda fue su padrino el alferes Manuel Álvares vecino de Arucas tiene óleo y crisma y lo firmo Juan Peres de Ojeda”.

Tuvo cuatro hermanos, Juan de Remont, capitán y mercader, Pedro, capitán, Salvador, ausente de la isla, y Ana, monja bernarda. Juan González Falcón estudió leyes, doctorándose en Derecho Civil y más tarde en derecho canónico.

Juan González Falcón casó en 1666 con Ángela de Arnao y Llano Valdés, de noble familia. Tuvieron un único hijo llamado Juan Silviano Falcón Valdés. A los tres años y seis meses de casado, don Juan quedó viudo. Este hecho hizo cambiar su vida, optando por el estado eclesiástico. Fundó el mayorazgo de San Isidro de Teror y su ermita, que heredó su hijo. En junio de 1671 el rey le concedió la canonjía de doctoral que previamente había solicitado. Fue ordenado de presbítero el 26 de diciembre de 1671. Como doctoral de la catedral tuvo una actividad ingente, llevando todos los pleitos del cabildo, incluso con la curia y el obispo. También fue mayordomo de la iglesia de Nuestra Señora del Pino de Teror en los años 1675 y 1676 y nombrado visitador de Teror, Arucas, y San Lorenzo a la muerte del obispo García-Jiménez, acaecida en mayo de 1690. Don Juan falleció el 26 de agosto de 1693 en su hacienda de San Isidro de Teror» (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, 2013, p. 165)

En relación con su hijo y heredero de su vínculo de bienes, tenemos algunas noticias de su relevancia social:

«Le sucedió en ese mayorazgo su único hijo D. Jacinto Silviano Falcón y Valdés, nacido en Las Palmas el 17 de Febrero de 1669, fue regidor perpetuo en la Gran Canarias capitán de milicias del regimiento provincial en Las Palmas, alcaide del Castillo de Ntra. Sra. De La Luz y Teniente Coronel de las milicias referidas. (“Nobiliario” pág. 136 y 137, Tomo VI » (QUINTANA MIRANDA, 2012, p. 27).

La canonjía que obtuvo por disposición del rey Carlos II, siendo alcalde real de Arucas su hermano Pedro González Falcón, fue recibida con recelos en el cabildo catedralicio, donde luego en escaso tiempo prosperaría por sus conocimientos en leyes, llegando a ostentar la máxima confianza episcopal, según resulta de los extractos de sus acuerdos:

18 de enero de 1672 núm. 1.846 «Que se permita al señor canónigo doctoral Falcón reciba el título de provisor, pero sin ejemplar ni derogar la bula de Urbano 8º que lo prohíbe (No admitió)».

4 de abril de 1672 núm. 1.850 «Recusación de los conjúdices por auto del señor provisor; y nombramiento de los señores maestreescuela y canónigo Falcón» (VIERA Y CLAVIJO, 2007, p. 259).

9 de enero de 1673 núm. 1.867 «Conjúdices, los señores chantre Alviturría y canónigo doctoral Falcón» (IBÍDEM, p.261).

7 de enero de 1687 núm. 2.016 «Conjúdices, los señores chantre Ponte Molina y canónigo doctoral Falcón» (IBÍDEM, p. 280).

Lo encontramos también dirimiendo los problemas y conflictos de protocolos con repercusión social que acontecían dentro del ámbito eclesiástico, recibiendo la máxima confianza en los “secretos del cabildo catedralicio” para requerir satisfacciones en estos lances:

26 de marzo de 1674 núm. 1.891 «En este día se trató del caso sucedido en el monasterio de las monjas de San Bernardo, estando convidados los señores capitulares a la exploración de unas religiosas hermanas del señor prior Manriques y prevenídoseles sillas para sentarse, al llegar al dicho monasterio las encontraron en la calle. Se mandaron entrar, pero llegó al mismo tiempo el provisor con sus ministros para estorbarlo. El señor deán, a nombre del Cabildo, se lo protestó en forma, requiriéndole con las reales cédulas para que no ocasionase escándalos, ni perturbase la posesión, y apelando de cualesquiera censuras o penas, etc. Procedió, no obstante, el dicho provisor con violencia a impedir el uso de las sillas; pero los señores capitulares se sentaron. Dentro de un gran rato volvió un notario con un cedulón en la mano publicando por excomulgados a los que estaban sentados en ellas, y el señor deán volvió a apelar y a protestar la nulidad. El provisor hizo, en fin, sacar de la iglesia las sillas que habían ocupado los prebendados, pero no las de los seglares y religiosos.

El Cabildo, pues, acordó pasadas todas las irregularidades y nulidades de semejante exceso del provisor y que dicho señores capitulares no se diesen por incursos en las censuras; que se diese cuenta al señor obispo por medio de mensajero; se recusase al dicho provisor (capellán real, que “había llevado calabazas” en la oposición a la doctoral); y, finalmente, que pasase a la Corte el señor D. Juan González Falcón a dar cuenta a Su Majestad con instrucciones secretas, etc., etc. También, se dijo que se desfijasen cuantos cedulones se encontrasen» (IBÍDEM, p. 264).
 
Siempre esmeró su imagen pública el doctoral Falcón, con reciprocidad entre sus villas preferidas, y así conocemos que regaló a la parroquia de San Juan Bautista de Arucas

«una casulla y ornamentos acompañantes [estola y manípulo de tela de guarnición de oro fino aforrada de tafetán carmesí de granada], de tela blanca guarnecida de oro, para usarse en las fiestas del Patrono y de la Virgen del Rosario en las funciones que se celebraren en el altar mayor; y si se faltare á estas condiciones, que pase la casulla á la iglesia de Ntra. Sra. del Pino»,

y también otra donación a la parroquia de Teror

«Una alfombra nueva con que sirve a Nuestra Señora […] con calidad de que solo ha de servir a las festividades de Nuestra Señora en esta su iglesia, sin que salga de ella ni que sirva a cosas profanas, y constando sacarse de la iglesia y servir fuera de ella pase al señor San Juan Baptista de dicha villa de Arucas».

Hemos de mencionar también, un año antes de su fallecimiento, muy próximo a uno de esos enigmáticos hechos que podía presuponerse como milagrosos y que tenían gran notoriedad pública, si bien pudieran tener su explicación en el resecado de la madera de la imaginería, hecho acontecido el  13 de marzo de 1692 del “Sudor de la imagen de san Juanito”:

Vista (jfemedenruta.blogspot-com)
«“Yo Salvador Gómez Montero y Betancurt, presbitero, Notario Mayor de este Obispado, certificado, doy fe y verdadero testimonio a los señores que la presente vieren cómo hoy, que se cuentan trece de marzo de este presente año de mil seiscientos y noventa y dos, a las nueve de la mañana, poco más o menos, estando yo el Notario junto a la puerta, por donde se sube al órgano de esta Catedral, vi que iban aprisa algunos capellanes y personas seglares para la nave de San Sebastián (evangelio) habiéndose acabado de cantar un aniversario en la Capilla de Sor. San Gregorio Papa, que es la primera colateral del lado del evangelio de esta dicha Catedral, me fui para dicha parte y, habiendo llegado a la dicha Capilla de Sor. San Gregorio, hallé que muchos señores capellanes y seglares estaban arriba en el altar, y preguntando que qué había allí, 

me dijeron que la imagen de Sor. San Juan Baptista, de hechura de bulto Niño, estaba sudando, y subiendo yo el Notario a dicho altar, vi que entre los señores que estaban en el concurso era uno el Señor Doctor don Juan González Falcón, Canónigo Doctoral de esta Catedral, que estaba limpiando algunas gotas de sudor que tenía dicha imagen de Sor. San Juan en el rostro, y asimismo vi que el Señor Doctor Don Juan de la Barrera, Arcediano de Tenerife Dignidad en esta dicha Catedral, limpió del rostro de dicha imagen otra gota, y que el Lido. don Juan Leal Cabeza, abogado de la Real Audiencia de esta isla y Capellán de su Majestad en esta Catedral, estaba limpiando con un purificador algunas gotas del dicho sudor que, al parecer, eran como gotas de cuerpo humano, asimismo otros señores y capitulares hicieron lo mismo, lo cual duró por tiempo de un cuarto de hora, poco más o menos, y dichos señores capitulares mandaron poner dicha imagen de San Juan y la del Niño Jesús, que se habían puesto en dicho altar de San Gregorio para adorno de la fiesta que se había celebrado el día de ayer, que se contaron doce del corriente, en el altar mayor …”» (CAZORLA LEÓN, 1992, p. 153).

Esta amplia información sobre el canónigo doctoral Falcón, tiene por fin el conocimiento de su personalidad, pues aun respetando las tesis antes recogidas del posible origen del topónimo, consideramos que la notoriedad del lugar y atajo del camino Real que dio lugar al mismo no se deba a la circunstancia de que su tía Catalina Falcón pudiera vivir y tener tierras en el lugar, pues son más relevantes los muchos traslados que por estos caminos Reales realizó el canónigo Falcón. Y no lo es exclusivamente por su condición de visitador de las parroquias de Arucas, San Lorenzo y Teror.

Es importante para sostener esta tesis la trazabilidad que nos deja la huella del canónigo Falcón y de sus recorridos habituales, pues por todos los lugares que transitaba fue descubriendo posibilidades de adquisición de buenas tierras y aguas, y así llegó a tener un amplio patrimonio que vinculó en su mayorazgo (SUÁREZ GRIMÓN, 1987, Apéndice Dctal. p. 56), todas ellas de gran interés agrícola y de esta gran actividad económica que se encomendara a san Isidro, además de la onomástica de su padre, y más allá del fervor, la erección de su ermita que «supone un intento por imprimir mayor carácter a una gran propiedad» (IBÍDEM, p. 816).

Y así vemos, al margen de sus casas en el Real de Las Palmas, la localización de sus propiedades agrarias consecuencia de sus frecuentes itinerarios:

En San Lorenzo, 257 fanegadas, 7 celemines y 2 cuartillos de una «Hacienda y cortijo con diferentes casas, tierras labradías y montuosas, bajo de riego y "secano", con diferentes árboles frutales, y 2 1/2 días de agua con sus noches del Hto. del Dragonal».

En Teror, 6f. y 4cls. de «Terreno en los Llanos de Roque»; 14f. y 3cts. de «Suertes de tierra labradía, manchón y riscos en las Cadenas (Arbejales)»; 3f., 11cls. y 2cts. de «Cercado de tierra labradía, manchón, riscos y "arrifes" en la Degollada (Arbejales)»; 3f. y 6cls. del «Cercado en el llano de Porras ("Llano de D, Jacinto") con 2 días de agua de la Acequia del Álamo en el Pedregal»; 55f., 3cls. y 2cts de «Hacienda de árboles y tierra labradía con fuentes, casas y ermita en San Isidro»; 7f. y 3cts. de «Hacienda con árboles frutales, tierra labradía con 6 días y sus noches de agua del Barranquillo de la Fuente de Ortiz y 1 de la Acequia Real de los Llanos con casas de alto y bajo en el Callejón de las Palmas»; 32 f. de «Tierras labradías y "arrifes" en los "Granadillares"»; 3f. y 2cts. de «Cercado labradío con "arrifes" denominada "Fuente de San Vicente" en el Palmar»; 3f. y 10cls. «Cercado frente al anterior denominado "Cueva Morena" en el Palmar»; 7f. de «Suertes de tierra denominadas "Llanos de las Eras" en el Palmar».

En Arucas, 11 f. y 10 cls. de «Tierras de riscos y "arrifes" en "Enrique Yánez"».

Y, en la Vega de San Mateo, 48 f. y 3 cts. de «Hacienda denominada Collado con sus casas, estanques, una fuente y manantiales».

Silla de manos
Hemos ordenado la mención de sus propiedades siguiendo los caminos Reales desde San Lorenzo a Teror, de Teror a la Vega de Arriba y de Teror a Arucas, de forma que pueda apreciarse que todas ellas están a su paso.

Pero además hemos de tener en cuenta que el mayor exponente del significado etimológico del genérico topónimo “cuesta”, viene dado por las condiciones especiales de su salud que conocemos de los extractos de los acuerdos del cabildo catedralicio:

29 de marzo de 1674 núm. 1.894 «Habiendo renunciado el señor canónigo doctoral Falcón la diputación a la Corte por su achaque del pecho, nombró el Cabildo al mismo fin al señor deán D. Diego Romero Botello, quien lo aceptó, y se le mandaron dar letras de tres mil pesos».

Su “achaque del pecho” que pudo impedir las grandes caminatas que debió hacer en los dos años siguientes como visitador a las tres parroquias antes dichas, debieron obligar a la necesidad de desplazarse en “silla de manos”, lo habitual siglos atrás, que no es otra cosa que una silla o cabina rodeada de ventanas para un solo ocupante, con andas que eran llevadas al hombro por al menos dos porteadores delante y dos detrás, conocidos como “hombres de silla”.

Hemos de imaginar el esfuerzo físico que “cuesta” a los portadores de la “silla de manos” del canónigo Falcón bajar o subir desde El Faro a Quebraderos, o viceversa, tanto por su peso como por su volumen y el plano inclinado del resbaladizo camino, hecho que no pasaría desapercibido por los lugareños para recordar el atajo en su memoria.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 26 de febrero de 2016

OJEDA, PINAR DE (TEROR)

Topónimo que localizamos sobre la divisoria con la jurisdicción del municipio de la Villa de Santa Brígida, entre el barranco de los Caideros al naciente y el Lomo de los Roquetes al poniente, quedando al nordeste de Espartero y el Laurelar, situado junto a los viejos caminos reales que desde San Lorenzo llevaban al El Faro, la carretera llamada Acceso a El Faro (GC-212). Después de pasar por el pago de El Faro, a unos 2 kilómetros, donde acaba la denominación de la anterior carretera, encontramos un cruce de caminos.
 
Vista del lugar (Google earth)
Hacia la derecha, en dirección al poniente, es la cuesta o camino de La Hoya que nos lleva a los distintos pagos en la cuenca del barranco de los Arbejales; al frente, en dirección sur, por el Lomo del Gallego nos llevará hasta el cruce de la carretera de Teror - San Mateo (GC-042) con la carretera Acceso a Aríñez (GC-400); y a la izquierda,  en dirección al naciente, es el camino real que procedente de la Villa de Santa Brígida pasa por los pagos de Los Silos y Pino Santo, así como la propia Caldera de Pino Santo, el tradicional que han seguido los romeros para llegar a la villa mariana de Teror. Estos caminos en su gran mayoría fueron habilitados como caminos vecinales y asfaltados a finales del pasado siglo.

Siguiendo este último camino real o vecinal, en dirección a la Caldera de Pino Santo, después de dejar atrás las desviaciones hacia El Laurelar y Espartero, al llegar a  la Cruz de la Caldera encontramos el acceso al Pinar de Ojeda que llega hasta El Corcovado, y conecta también con la carretera Acceso a El Faro (GC-212).

Pequeño pinar en El Faro (Google Earth)
Ese mismo camino era ya conocido el 29 de diciembre de 1545, como deja constancia la petición de un pedazo de tierras que hace el escribano Hernando de Padilla al Cabildo General, cuando al describir sus linderos dice «… E por parte de arriba con la caldera de Espartero e un camino que va del Pinar para que las pueda sembrar e aprovechar …» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

El antiguo Pinal de Teror, tal como era llamado en la antigüedad en los tiempos de la conquista, prácticamente nos será imposible localizar por la total desaparición del pinar, y no pueden llamarnos a engaño los pocos pinos que encontramos muy cerca de El Faro resultado de una plantación de años en una finca particular.

Desde los primeros momentos preocupaba al Cabildo General de la isla la tala incontrolada de sus pinares, estableciendo prohibiciones tempranas a través de sus ordenanzas:

«Otrosí que en los pinares desta ysla que es el pinal desta cibdad e Terore ny en el de Gáldar ny en la Montaña de Tamadava ny en todos los otros pinares ninguno corte nyngund pino de pie syn licencia de la cibdad so pena que si fuere pino grande que baste para prensa o exe o cureña aya de pena mill maravedís e si fuere pino menor aya de pena trezientos maravedís e el tal pino perdido e que el tal pino o su valor sea para los propios» (MORALES PADRÓN, F.: Ordenanzas del Consejo de Gran Canaria. 1531, Sevilla, 1974).
 
La tea de la Casa de Colón (Patronato de Turismo de GC)
Pero esta ordenanza proteccionista, en la que es mencionado el “pinal de Terore”, tuvo que plegarse en los primeros tiempos por las necesidades de la madera de los pinos para la construcción de casas y edificios, y como no, para las distintas actividades económicas. Tenemos presente siempre la madera de tea de los pinos viejos que fue utilizada en la construcción, y aun siendo mucha la talada con este fin en la isla para pisos, sobrados, techos, puertas y ventanas, olvidamos aquellos que fueron talados para atender otras actividades económicas.

Si bien los ingenios azucareros hacían sus fuegos con leña de todo tipo, los trapiches, molinos y las propias dependencias del ingenio, disponían de ejes, prensas, esteos, tirantes, puertas, tapias, balcones, tanques, etc., muchos de ellos fueron construidos con tea. Después, el cultivo de las parras sustituyó al cultivo de la caña de azúcar, siendo necesaria mucha tea para los lagares.

La tea de los lagares (lospasosquedejamosatras-blogspot-com)
«… cultivo implantado en las islas desde la conquista por la demanda del vino en la alimentación de los pobladores, va a conocer un desarrollo importante en la segunda mitad del siglo XVI, época en la que iba desplazando al azúcar en las exportaciones, y va también a necesitar madera para construir las burras y latadas, los horcones, donde descansen las cepas, así como tablones y tablas para construir los lagares. Estos últimos se fabricaban con tablones, durmientes, cureñas, prensas, palos, jiburones y tijeras, todo de madera. Eran necesarios para pisar la uva y obtener el mosto, por lo tanto su fábrica se hizo imprescindible. Eran construcciones de madera de pino o tea, mientras que la pieza principal de la prensa se ejecutaba en barbusano, por ser madera sólida, sin nudos y pesada » (LOBO CABRERA, M. Y OTROS: Los usos de la madera: recursos forestales en Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 2007).

Sin olvidar las carretas que eran necesarias construir en madera para trasladar los productos terminados, e incluso para trasladar los grandes troncos y las grandes piedras para la construcción de todo tipo de edificios, públicos y privados. Tampoco hemos de olvidarnos de la «… amplia tradición constructora que se remonta desde los primeros años de la conquista hasta la actualidad …» tanto para la construcción como para la reparación de los barcos. «… cintas de cubierta, curvas, palos, durmientes, mástiles, etc. Muchas partes de los barcos, en concreto las del exterior se hacían de madera de pino canario (…) La construcción naval generó otra actividad económica: la elaboración de la brea, que se realizaba mediante la quema y destilación de los pinos canarios. Para ello se preparaban hornos en las cercanías de los pinares» (op. cit.).
 
Carpinteros de ribera en San Telmo (Fedac)
La narración del francés André Thevet, datada en 1555, recogida por la obra citada nos describe esta última actividad de la extracción de la también llamada pez, en su lugar de obtención.

Calafateando con brea
«… aquí elaboran una goma negra que llaman brea. Derriban los pinos, que hay en gran cantidad, y los parten en gruesos leños hasta tener unas diez o doce carretadas, y colocan las piezas unas sobre otras en forma de cruz, y por debajo de esta pila hay una fosa redonda de mediana profundidad; luego prenden fuego en esa leña casi por la cúspide del montón, y entonces produce su goma que cae en esa fosa».

Poco se conoce de cuándo y por quién se talaron los pinos en este lugar, pero por su proximidad a la Ciudad, tuvo que ser de los primeros pinares extinguidos, tocando después el turno a los más lejanos del Pinar de Santiago en el sur y al Pinar de Gáldar o Tamadaba en el norte, para luego llegar hasta los Llanos de la Pez en el centro de la isla.


Sí parece que hasta finales del siglo XVI existían pinos en el lugar, según se desprende de un protocolo del escribano Lorenzo de Palenzuela, en el que se concierta el corte de pinos para la desaparecida iglesia de la Concepción en Triana:

«En Canaria, veinte y sinco de abril de mill e quinientos e noventa años ante mi el escrivano e testigos pareçió Antonio Alvares, aserrador, y dixo se obligaba e obligó en fabor de Gaspar de Ayala, como persona que tiene a cargo la obra que se haze en Nuestra Señora de la Conseçión, de aserrar veinte y sinco tosas de pino que el a cortado y rrolado en el pinar de Ojeda para la dicha yglecia; éstas enpesará aserrar desde mañana veinte y seis de este mes aprovechando la madera y aserrandolas de la bitola que se le pidieren, en precio cada dozena de tablas que aserrase de ellas a precio de quinze rreales y medio por cada dozena de todas ellas, grandes y pequeñas, y esto se me a de dar por el aserrada y cortada de las dichas tosas, y por quenta e rreçibido hasta oy quarenta reales en dineros de contado y lo demás se me a de yr dando como lo fuere trabajando y por este precio las aserraré y no alsaré mano hasta que las acabe de aserrar e si alsare mano dellas por juramento se dé mandamiento contra mi para que baya a hazello e me conpelan a ello e así se obligo cunplirlo y a ello su persona e bienes e dió poder a la justicia e rrenuncio las leyes de su favor y otorgó obligación en forma e por el otorgante a quién yo el escrivano conosco lo firmó un testigo, siendo testigos Tomás de Ariñes e1 biejo e Juan Zanbrana e Rrodrigo Alvares, vezinos de esta isla» (citado por LOBO CABRERA, M.: Aspectos artísticos de Gran Canaria en el siglo XVI, Las Palmas de GC, 1981).

El único y joven pino del paisaje del Pinar de Ojeda (Google earth)
Sobre el origen del antro-topónimo, sí parece que se circunscribe a los primeros Ojeda llegados a la isla a los que se vinculan con la actividad maderera.    

«En el primer peldaño de la escala nos aparece Juan de Ojeda junto a su más que probable deudo, Cristóbal de Ojeda, primeros de este apellido de los que se tiene noticia en la Gran Canaria de principios del siglo XVI. Es nuestra pretensión concluir en este apartado que estos dos personajes vienen a la isla como mercaderes burgaleses con base en Sevilla, casándose en Las Palmas casi al mismo tiempo: Cristóbal en 1513 con Inés Bernal y Juan en 1515 con Catalina Ramírez, ambas hijas de probables conquistadores con las que tuvieron una descendencia que pensamos que está en el origen de todos los Ojeda de esta isla.

(…) Es posible que los Ojeda se hayan interesado en origen por la explotación del pinar del que se obtenían materias como la pez, producto esencial en la época para el calafateado de los barcos, y la madera, combustible básico para el mantenimiento de las calderas de los ingenios en las que se elaboraba el azúcar.

Ortofoto (IDE Gran Canaria)
(…) Pero es también en Teror donde se da una importante presencia de dicho apellido en el siglo XVI siendo el personaje de esta villa más antiguo integrado en nuestro árbol una tal Inés de Ojeda casada con Gaspar Hernández que tienen por hija, entre otros vástagos, a Catalina de Ojeda, casada con Luis Sánchez; por nieta, a Francisca de Ojeda casada con Juan Domínguez Castellano; por bisnieta, a Catalina de Ojeda Domínguez nacida en 1640; y por tataranieta a Gregoria de Ojeda nacida en Teror, como todas sus ascendientes, allá por 1672. Esta enumeración genealógica dado que es enteramente femenina nos permite apuntar que Inés la primera de las mujeres citadas (considerando un promedio inferior a 30 años por generación) debió nacer sobre 1530-1540. Es decir, que podría ser hija de cualquiera de los hijos de Cristóbal y Juan de Ojeda que hemos señalado al comienzo como fundadores de esta estirpe» (HERNÁNDEZ BAUTISTA, F. Y GARCÍA TORRES, J.R.: “Apellidos Ojeda y Castrillo. Origen en Gran Canaria -1ª parte”, Revista Digital Cuarto de Apero, 13-02-2016).

En el paisaje actual del Pinar de Ojeda encontramos además de las escasas tierras de cultivo, muchas tuneras, árboles frutales y campos de hortalizas para el auto abastecimiento de sus vecinos, y, la propia belleza de su paisaje. De los pinos, al margen de los que puedan haberse plantado en los jardines de los pequeños chalet, sólo nos queda el topónimo como recuerdo de su historia.

Localización (IDE Gran Canaria)

viernes, 29 de enero de 2016

CERPA, LA (TEROR)

Topónimo que localizamos en la frontera administrativa de Teror con Arucas, cuyo relieve lo ocupa en gran medida el Lomo de La Palma, entre los cauces del barranco de Lezcano al naciente, aguas abajo barranco de Tenoya,  y de su tributario el barranco del Pino al poniente, después de atravesar El Palmar y La Peñita. Su límite al norte lo es donde el barranco del Pino desemboca en el barranco de Lezcano, al naciente de Santidad Alta y al sur de la Hoya de Olivares.
 
Estanques de barro y Santidad Alta (caminosdecanarias-blogspot-com)
Las primeras referencias históricas del topónimo las tenemos por Álvaro Herrera Álvarez, Capitán de Infantería y Regidor Perpetuo de la isla, en su testamento de 18 de mayo de 1538, quien vincula entre otros bienes 70 fanegadas de «Tierras de pan llevar en los Granadillares de la Peña Horadada en el Palmar de Cerpa y 5 censos de 85 doblas perpetuos». Por la descripción aportada, las tierras se encuentran en el lugar conocido como Los Granadillos, al sur de El Palmar y al norte de Guanchía.
 
Panorámica septentrional (Google Earth)
Álvaro de Herrera casado con Isabel de Machicao descendiente del conquistador Hernando de Bachicao con tierras en Tenoya, es hijo del mercader Diego de Herrera e Isabel Álvarez de Turiel, por tanto nieto de Juan Álvarez de Herrera casado con Marina Álvarez. Es también hermano de Juan de Herrera casado con Francisca Núñez Contreras y de Diego de Herrera, licenciado en leyes y gobernador de la isla de Gran Canaria, casado con Elvira Nieto. El primero de los hermanos, Juan de Herrera, es padre de Inés de Herrera, mujer de Lope de Muxica Lazcano, y por consiguiente abuelo de María de la O Muxica Herrera, cuarta señora de Fuerteventura.

Panorámica meridional (Google Earth)
«La actividad más importante ejercida por el abuelo fue la de recaudador de la renta del tres por ciento y las tercias de la isla de Gran Canaria. Juan de Herrera, el progenitor, ejerció asimismo el cargo de almojarife. Poseyó un ingenio de azúcar en el Aumastel [barranco de Azuaje], y asociado con su hermano Álvaro se dedicó al comercio y al préstamo de dinero. En ambas actividades practicaron la usura, viéndose condenados, en 1518, a pérdida de bienes. Debieron apelar, con éxito, contra la sentencia, puesto que no sufrieron notorias mermas patrimoniales» (RUMEO DE ARMAS, A: “El Señorío de Fuerteventura en el siglo XVI”, Anuario de Estudios Atlánticos nº 32, 1986, pp.17-128).

Desagüe del Barranco del Pino en el Barranco de Lezcano
(caminosdecanarias-blogspot-com)
En cuanto a las propiedades en este lugar hemos de reseñar que el conquistador y regidor Antón de Zerpa Padilla, en los primeros repartimientos obtuvo muchas concesiones de tierras dentro de la antigua jurisdicción de Teror que abarcaba también el actual municipio de Valleseco, así como en Firgas.

«Los repartimientos de tierras en Teror y su término beneficiaron unas veces a familias absentistas, radicadas en la capital, y en otras ocasiones a estirpes labradoras arraigadas al próvido suelo. Entre las primeras cabría mencionar a los Ceverio-Mújica, Zerpa Padilla, Ossorio, Escobedo, etc., que se desprendieron de ellas en la primera ocasión o las explotaron con personas interpuestas». (RUMEU DE ARMAS, A.: “El marqués del Buen Suceso 1712-1783”, Anuario de Estudios Atlánticos nº 29, 1983, pp. 233-302).

Antiguo alpendre (Fedac)
Las extensas tierras recibidas por Antón de Zerpa, fueron a su vez repartidas entre sus descendientes, y conocemos que uno de ellos se desprendió de las mismas.

«12 de agosto de 1522, ante el escribano Cristóbal de San Clemente. Cristóbal de Zerpa, regidor y vecino de la isla, vende a Cristóbal de Vergara, vecino de la isla, 30 fanegadas de sembradura de sequero, encima de las tierras de Juancho de Siverio, difunto, que lindan con tierras de Juan de Narváez, regidor, por la parte de arriba, y por abajo con tierras de la mujer y herederos de Francisco de Mercado, que ahora son de Pedro García, vecino de Armas, y un lomo, arriba, que va a dar a la mitad de la montaña redonda de Terore, y queda en medio de las dichas tierras una cañada que todo su número es 40 fanegadas de tierra de sembradura» (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, V.: “Aguas del barranco de Tenoya”, Anuario de Estudios Atlánticos nº 33, 1987, pp.239-234).
 
Estanque de barro del siglo XIX (Fedac)
De las distintas localizaciones que hemos recogido, podemos concluir que el conquistador Antón de Zerpa Padilla obtuvo la concesión de grandes tierras que por el sur llegaban al actual lugar de Los Granadillos, en la ladera naciente del Pico de Osorio, la conocida Finca de Osorio a la que dará nombre un sucesor del comprador Cristóbal de Vergara, pico que es llamado “montaña redonda de Terore”, el barranco de El Pino llamado “cañada”, el lugar de La Peña y su ermita es la Peña Horadada,  y los actuales El Palmar y el lugar de La Cerpa.

Cultivos, estanques y al fondo Santidad Alta (Fedac)
Con posterioridad, de aquellos censos sobre «5 suertes de tierra de "secano" en el Palmar, denominadas la Peña, La Cuestecilla en las Cerpas y Las Cerpas», según parece terminaron siendo donados al Hospital de San Lázaro, y fueron objeto de subasta por el Estado al ser desamortizados. El 19 de julio de 1861 son rematadas por el propietario de Las Palmas Juan Hernández Talavera, siendo escrituradas el 24 de octubre del mismo año por 2.812 reales de vellón. Trece años después, el 1 de diciembre de 1874 son vendidas la 4ª y 5ª suerte  al labrador propietario de Arucas José M. Jiménez Falcón.

Estanque de piedra y argamasa (Fedac)
La anteposición del artículo femenino en plural en la descripción de parte de las fincas del Hospital de San Lázaro, concordante con el femenino singularizado del topónimo, nos hace suponer que las tierras pasaron a propiedad de hijas del conquistador y así fueron conocidas por los lugareños.

En el lugar encontramos distintos estanques de barro de grandes dimensiones, alrededor de los tres mil metros cuadrados, uno de ellos construido en el siglo XIX, que recogían las aguas de lluvias y de las acequias cercanas. También encontramos otro de piedra y argamasa de 660 m2. Todos ellos tienen un gran valor etnográfico.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria) 

jueves, 8 de mayo de 2014

CULATA, LA (VARIOS MUNICIPIOS)

Además de la entrada de que ya aparece en este Blog referida a CULATA, LA (TEJEDA), típico ejemplo de la así llamada «Oquedad más o menos profunda que se abre en la base de un risco», en el que coincide además ser lugar muy relevante en la historia por su proximidad a la data de MINA DE TEJEDA, LA (TEJEDA) para llevar el agua a la Ciudad en los primeros tiempos de la conquista de la isla, es conveniente que relacionemos de forma separada de los otros topónimos iguales que encontramos en distintos municipios de Gran Canaria junto a barrancos, barranquillos y nacientes como es habitual en todas las islas, destacando en algunos de nuestros casos aquellas noticias que resulten de interés conocer.

 
Panorámica del lugar en San Bartolomé de Tirajana (Carlos Frey - CGC)

AGAETE

En este término encontramos varios topónimos, próximos entre sí: La Culata, La Culatilla,  así como Barranco y Roque de la Culata, todos al norte del Valle de Agaete y junto a la carretera de Acceso al Sao (GC-231).

 
Cueva de los Canarios en Agaete (Patrinet)
En la primera encontramos igualmente el topónimo de Cueva de los Canarios, que siguiendo el patrón insular identifica un yacimiento arqueológico de singular importancia que según la ficha de PATRINET se corresponde con un granero formado en tres niveles de silos excavados en la toba del risco. En las paredes de algunos de estos silos se encuentran restos de argamasa sellando orificios en los que se han incrustado astillas de tea, con un difícil y peligroso acceso se realiza por una escalera de obra. La carta arqueológica de 1989 describe que en uno de estos silos se encuentran labradas en el suelo varias cazoletas y canalillos, señalando la tradición oral el hallazgo de restos humanos en el lugar.

 

Localización en Agaete (Espacios Naturales de Gran Canaria)

SAN BARTOLOMÉ DE TIRAJANA

En este término municipal encontramos el topónimo de La Culata en un diseminado caserío junto al barranco homónimo, uno de los grandes tributarios del barranco de Tirajana, que recibe todos los aportes pluviales que se recogen en ese gran complejo de riscos y cantiles que haciendo honor a sus atributos es conocido como Los Culatones, derivado aumentativo identitario de la función orográfica que desempeña.

Panorámica de San Bartolomé de Tirajana (Infonortedigital)
Probablemente lo que más sorprende al visitante es la grandiosidad de Los Culatones,  que por su tamaño y altura conformando un escenario único por donde pudieron discurrir en las noches perdidas de la historia los más grandes "caideros" de aguas que dieron origen a la gran depresión que comporta la conocida como CALDERA DE LAS TIRAJANAS.

 
Localización en San Bartolomé de T. (Espacios Naturales de Gran Canaria)

SANTA LUCÍA DE TIRAJANA

Topónimo que localizamos en la rampa naciente del barranco de Tirajana, junto a La Fortaleza de Abajo donde encontramos un viejo y pequeño caserío donde vivía unas pocas familias, en pequeñas casas autoconstruidas, de planta rectangular con techumbre a dos aguas de tejas, realizadas con piedra, barro, cantería en los vanos y recubierto por argamasa de cal. Eran las tradicionales casas cuyas cocinas se hacían en el exterior a la propia vivienda, junto al horno y adosadas a los alpendres.

Casa tradicional y alpendres de pierdra seca (Fedac)
En este caso el topónimo, aparentemente, no parece responder a la tipología tradicional inventariada en las islas, si bien al encontrarse en un estrechamiento del cauce del barranco motivado por los roques volcánicos que conforman las dos Fortalezas, de Arriba y de Abajo, y la existencia de algunas oquedades tanto en la fuerte rampa de naciente como en los propios roques, dieran lugar a su denominación como tal.

Localización en Santa Lucía de T. (Espacios Naturales de Gran Canaria)
TELDE

El topónimo principal de La Culata lo encontramos en la rampa de naciente del barranco de Las Goteras, y al poniente de la Montaña del Palmital, es ese apéndice jurisdiccional teldense fronterizo entre los municipios de Santa Brígida y Valsequillo, septentrional a los Roques de Valido, lugar donde encontramos acequias labradas en la piedra y otros recursos para los viejos aprovechamientos hidráulicos.

Acequia labrada en la piedra (Fedac)
Igualmente en el pequeño barranco de la Culata que desagua cuando llega a la Cañada de Piletillas en el barranquillo del Charco de Aday, cuando el primero pasa junto al complejo arqueológico de Cuatro Puertas se encuentra un conjunto de posible factura prehistórica formado por varias cuevas naturales y artificiales, reutilizadas tradicionalmente como abrigos pastoriles.

Localización en Telde (Espacios Naturales de Gran Canaria)

TEROR

Topónimo que encontramos cerca de los límites jurisdiccionales de Valleseco, y que por sus aprovechamientos de aguas comportó un serio problema en el deslinde cuando la segregación del nuevo municipio de Valleseco.

Estanque-cueva (Fedac)
En el año 1842 cuando se inicia el expediente administrativo de segregación de la entonces parroquia de Valleseco, se discute el territorio debido a los nacientes, hasta que la Audiencia reparte La Culata y la Madrelagua, con complicadas divisorias de líneas quebradas. Inicialmente el presbítero Vicente Pérez Marrero, comisionado por el Ayuntamiento de Teror para confeccionar los planos del nuevo municipio, por propia iniciativa incluyó en Valleseco los pagos de La Culata y la Madre del Agua, el actual Madrelagua, que ocasionó un serio problema de deslinde que quedaría solucionado cuatro años después, incorporándose La Culata a Teror.

 
Localización en Teror (Espacios Naturales de Gran Canaria)

VALSEQUILLO

Naciente de aguas (Fedac)
Topónimo que encontramos en las cabeceras del barranco de Tenteniguada, donde se localizan distintos nacientes de agua, en las zonas altas de poniente del término municipal, lugar de viejas majadas por los aprovechamientos pastoriles.

Localización en Valsequillo (Espacios Naturales de Gran Canaria)

VEGA DE SAN MATEO

Ortofoto de alta resolución del barranco en la Vega de San Mateo (IDE Canarias)
El topónimo del barranco de La Culata es un pequeño tributario que desciende desde el Majadal de los Carneros en la Cumbre, pasa junto al Cruce de las Veredas, el cruce de las carreteras de San Mateo a la Cruz de Tejeda (GC-15) con el Acceso a Cueva Corcho (GC-230), llegando a la Hoya de la Montaña para desaguar en el barranco de la Cruz de Tejeda, que conecta con el barranco de la Mina
Localización en San Mateo (Espacios Naturales de Gran Canaria)