viernes, 29 de julio de 2016

MAYORGA, BARRANCO DE (GÁLDAR)

El barranco nace en la Hoya de los Cardos, al pie del Lomo de la Almagra, junto a Cercado de Bastiana, atravesando Artazo y recibiendo las aguas de sus tributarios el Barranco de Artazo y el Barranquillo de los Peralillos, para llegar junto al Roque Maninidra donde acaba aportando sus aguas al Barranquillo de Bracamonte para llevarlas hasta el Barranco de Agaete, a la altura de la Casa Romántica.

Está documentado que las tierras de estos lugares fueron repartidas a partir del segundo cuarto del s. XVI, el topónimo creemos se debe a los descendientes del regidor y conquistador Juan Mayorga, quien conociéndose que estableció su residencia en Gáldar, había recibido otras tierras a finales del siglo anterior en el entorno entre San Lorenzo y Tenoya.

 «Según el libro de Repartimientos, en 13 de julio de 1485 se repartió el Valle de Tenoya desde la acequia vieja a la parte de la Villa del Real […] “Juan de Mayorga, Regidor, Conquistador, 15-6-1485. Y luego este dicho día se fizo una suerte de tierra de una peonía en que ovo cinco aranzadas de tierra de regadío, que es desde peonía que es de Ibone de Armas hasta llegar al camino que va de esta Villa del Real de Las Palmas al lugar de Arucas, y llega por la parte de encima a la acequia y por la parte de abajo al dicho arroyo, la cual se dio al dicho Juan de Mayorga, Regidor”» (HERNÁNDEZ JIMÉNEZ, 1987, págs. pp. 257-258).

Ya fallecido, dichas tierras habían pasado a la titularidad de Catalina Guerra según se desprende de la reformación de las aguas del Heredamiento de Tenoya realizada por el licenciado Zárate en 1506:

«Los que han de gozar de la dicha agua son los siguientes: “Primeramente a Catalina Guerra mujer de Juan de Siberio, una suerte de tierra de 5 aranzadas, la cual fue de Juan de Mayorga […] Juan de Mayorga é Juan de Ariñez por él, dos suertes y media”» (IBÍDEM, p. 260-261).
 
La cuenca curva es el Barranco de Mayorga (Google Earth)
Los topónimos que encontramos junto al cauce de este Barranco de Mayorga, nos aproximan a tierras que fueron repartidas entre los naturales de la isla, descendientes de aborígenes, a partir de los repartimientos del segundo cuarto del s. XVI, resolviendo así la presión a que fueron sometidos por los colonos-pobladores que los desplazaban de las tierras bajas con mejor aprovechamiento agrícola, como ya hemos tratado en distintas entradas a este Blog: Artazo, Cercado de Bastiana, Maninidra y Samarrita.

La hipótesis de tierras de un descendiente del conquistador y regidor Juan de Mayorga, como ya se ha dicho en un territorio en aquellos tiempos poblado por naturales de las isla descendientes de aborígenes, obliga a conocer algo más del conquistador, de sus relación con el grupo étnico aborigen, de sus descendientes y las posibles relaciones de sangre que pudieron facilitar a alguno de ellos a este lugar, tan identificado con los descendientes de Fernando de Guanarteme. Conozcamos la reseña compilada de su persona.

«Abreu lo cita como uno de los primeros regidores de Gran Canaria. Conquistador de Gran Canaria, de los llamados de las Islas. Hijo de Francisco Mayorga, converso, hermano de Inés Mayorga, c. con Pedro Mayor, de las Islas.

Vecino de Lanzarote en 1475, fue testigo en la escritura de poder otorgada por los vecinos de Lanzarote en favor de Juan Mayor y Juan de Armas, el 21 de agosto de 1475. En 1478, después de la Pesquisa de Pérez de Cabitos, se unió a la conquista de la Gran Canaria. Se avecindará, acabada la conquista en el año 1483, en la zona de Gáldar. Regidor de Gran Canaria en 1485, será uno de los alcaldes mayores de la villa Real de Las Palmas durante el gobierno de Vera, periodo de 1483 a 1485, por lo que durante la residencia de éste fue procesado en 1491-1492. Se le acusaba de haber liberado a dos presos En la RC de septiembre 1492 se ordena que sea enviado a la Corte, ya que ha sido condenado en residencia por su labor como alcalde. Se le acusó de haber liberado a un somético [sodomítico] llamado Francisco y al portugués Juan, que estaba detenido por robar una casa. En 1485 recibió, en repartimiento, tierras, solares y aguas en el término del Real de Las Palmas. En 1506 recibió tierras en el barranco de Tenoya [sic]. Murió antes de 1502, ya que en febrero de 1502 aparecen sus herederos habiendo vendido tierras a Batista de Riberol.

Casado con Juana Bolaños. Hijos: I. Francisco Mayorga, c. con Catalina Michel. II. Francisca de Mayorga, c. con Alfonso [Alonso] Rodríguez de Palenzuela. III. Isabel. IV. Juan de Bolaños» (CEBRIÁN LATASA, 2003, pág. p. 332).

Horno de pan (Fedac)
En relación con la compilación de datos de la fuente anterior, llamamos la atención que cuando dice “en 1506 recibió tierras en el barranco de Tenoya”, no cabe tal posibilidad porque ya era fallecido. Posiblemente confundió la fuente con la desposesión de sus tierras por la reformación del licenciado Zárate a la que ya nos hemos referido. La certeza de su fallecimiento en 1502 la tenemos acreditada por el siguiente documento:

«1503, febrero 6, lunes.
Toma de cuenta al honrado Pedro López de Sevilla, tesorero de la santa compusyçión en el obispado de Canaria, por el reverendo señor don Alonso Bibas, prior de la Iglesia de Canaria y comisario de la dicha santa compusyçión. Ha recibido lo siguiente, de las personas que se indica […] Juana de Bolaños, testamentaria de su marido Juan de Mayorga, que mandó dar de limosna a la santa cruzada 1.200» (LADERO QUESADA, 2004, pág. p. 270).

Antes de seguir avanzando en las dudas que nos invaden en cuanto a la identificación de su descendencia, veamos primero de su ascendencia, pues será muy importante conocer de algunos detalles.

La misma fuente bibliográfica anterior aporta los datos compilados de quien se cree pueda ser su padre Francisco de Mayorga:

«Abreu lo trae como conquistador de Gran Canaria y sirviendo de padrino y tutor espiritual de la hija del Guadarteme de Gáldar. Casado con Juana Bolaños. Cfr. op. cit., libro II, cap. 25. Es error por su padre o su hijo Juan».

Ya detecta el error, al estimarlo casado con Juana Bolaños, que es el nombre también de la mujer de Juan de Mayorga, de donde la información del padre o del hijo es incorrecta. Y ello acontece porque en distintas crónicas históricas se atribuyen a Francisco de Mayorga hechos que corresponden a Juan de Mayorga, y así en la narración cuando se trae a colación el nombre de su mujer, se menciona a Juana Bolaños. Se tiene la relativa certeza de la presencia en las islas de Francisco de Mayorga por distintos documentos, sin que puedan determinarse sus tiempos de vida, pero nada más. Es sabido que los cronistas del s. XVI utilizaban multitud de fuentes, en su gran mayoría orales, y ello propiciaba la difícil identificación de los protagonistas de sus crónicas cuando los antropónimos eran coincidentes y era la expresión más acostumbrada de entonces.

Entre esas menciones tenidas como erróneas, veamos aquella que más nos interesa
por lo que vamos a contar de este topónimo.

«La hija del Guanarteme de Gáldar don Fernando, que se decía Tenesoya, llegada fue al real de Las Palmas, la entregaron el obispo don Juan de Frías y Pedro de Vera, a Francisco de Mayorga y a Juana de Bolaños su mujer, para que la doctrinasen. Quiso luego ser cristiana. Baptizóla el obispo don Juan de Frías; llamóse doña Catalina. Fueron sus padrinos el gobernador Pedro de Vera y Francisco de Mayorga, y su mujer Juana de Bolaños. Fue casada esta doña Catalina con don Fernando de Guzmán, hijo de Alonso de Guzmán, nieto de Fernán Pérez de Guzmán, señor de Vatres y Alcubillete [Alcaudete] del reino de Toledo, de quien vienen los Guzmanes del pueblo de Gáldar» (ABREU GALINDO, 1977, pág. p. 235).

Entre las Notas que incluye al pie el profesor Alejandro Cioranescu en la misma página dice:

«Francisco de Mayorga parece ser error, por Juan de Mayorga, vecino de Lanzarote en 1475, conquistador de Gran Canaria y regidor de su primer cabildo en 1484 (cf.239.27), alcalde mayor en 1491 y fallecido, según parece, por 1505 o 1507 [sic]. Fue casado como aquí se indica, con Juan de Bolaños, de cuyo matrimonio tuvieron a Francisco de Bolaños; a Francisca de Bolaños, casada con Alonso de Palenzuela; a Isabel y a Juan de Bolaños. Sin embargo, de los documentos resulta la existencia tanto de un Juan de Mayorga como de un Francisco».

Es importante que retengamos esta aclaración y así entender con claridad el texto que reproducimos de otra crónica posterior del s. XVII.

Ya en relación con su descendencia, y con respecto a su cuarto hijo, puede que sea la misma persona llamada Juan de Mayorga, que en la puerta de la “yglesia del señor Santiago” de Gáldar, el 7 de enero de 1536, contradice la solicitud de data de tierras en Valsendero de Alonso Medina, alegando que “entre los dos barrancos diciendo ser suyas” (RONQUILLO RUBIO & AZNAR VALLEJO, 1998, pág. p. 93), de donde tenemos el testimonio de ser estante en Gáldar.

Aparentemente no cabe la posibilidad que este Juan de Bolaños o de Mayorga sea descendiente de Inés Mayorga, supuesta tía del conquistador Juan de Mayorga, casada con  Pedro Mayor en sus segundas nupcias sin descendencia. Pero sí fue por el cónyuge de esta tía-abuela por donde alcanza la familia el vínculo de sangre con los naturales descendientes de canarios ilustres.

«Grancanario prehispánico, conquistador de Tenerife. Criado de Lugo. Vecino en El Realejo de Abajo, Taoro, aunque pasó gran parte de su tiempo en Abona -Chimiche, Río de Arico y Tajao- donde tuvo su majada de ganado cabruno. Se encuentra suficientemente documentado, aunque no se han conservado testimonios suscritos en las escribanías de Taoro. Sí, en abundancia, los de su descendencia. Recibió tierras y aguas en Taoro -Realejo e Icode de los Trigos-, Güímar y Abona. AMLL.

Era hermano de Diego Mayor, y tal vez también lo fuera de Francisco Mayor. Primo de Alonso Díaz. Casó con Marina Fernández, hermana de Constanza Fernández y de Hernando Guadarteme.

Hijos: I. Catalina Mayor, c. con Andrés Sánchez, Diego Romero y Luis Hernández, carpintero. II. Juana Mayor, c. con Juan Delgado. III. María Mayor, c. Hernán Sánchez y Alvaro Gallego. IV. Juan Alonso (Debió nacer en Gáldar hacia el año 1495), c. con Leonor Hernández, hija de Fernando Guadarteme, tío del propio Juan, y de la esclava guanche Inés. V. Pedro Hernández, c. con Antonia González.

Una vez viudo, casó con Inés Mayorga, hermana de Michel de Vera y de María de la Torre, pasando a vivir en la villa de Gáldar, donde murió en el año 1521. Ante Alonso de San Clemente, el 27 de julio de 1516, fs. 268r/272v. AHPLP. No tuvo hijos en este segundo matrimonio» (CEBRIÁN LATASA, 2003, pág. p. 332).

Y decíamos aparentemente no cabía fuera descendiente de Inés Mayorga, tía de Juan de Mayorga si fuera hermana de Francisco de Mayorga, supuesto conquistador y padre de aquel, como se dice al principio; y nos asaltan dudas, pues no concuerda que si fuera la hermana de su padre, sea la misma Inés Mayorga que se casó con el canario Pedro Mayor, de la que se documenta después es hermana de Michel de Vera y de María de la Torre.

Entiendo que se esté confundiendo a dos Inés Mayorga, de distintas generaciones, y además, que de la tía del conquistador Juan de Mayorga puede haber otra línea de descendencia que pasó a Tenerife:

«Luis de Mayorga parece proceder de Gran Canaria; por la edad que declara, debió de nacer en 1482. Era estante en Tenerife en 1507 y vecino en 1520, cuando le dieron en data una fanega de tierra …» (CIORANESCU, 1975, pág. p. 82).

Tenemos otra referencia más  sobre Ynés Mayorga que aparece como acreedora de Catalina Hernández Guanarteme, hija de Fernando de Guanarteme, según su testamento de 10 de abril de 1526 (LOBO CABRERA, 1980, pág. p. 147), de donde concluimos que no es coetánea con la tía de Juan de Mayorga, por ser hermana de su padre según se dice.

Y para más abundar, otro documento notarial de 1550:

«Y porque en el testamento de 4 de diciembre de 1550 la vecina de Gáldar Inés de Mayorga nombraba heredera usufructuaria a su hermana María de la Torre y, a su muerte, al síndico Damasio Andrés 21».

La antes dicha nota 21 a pie de página dice además de tierras en Artazo:

 «A.H.N. Sección Clero, libro 2352, 1701, ff. 14 r. y ss. A la muerte de Simón González, esposo de María de la Torre, los bienes de Inés de Mayorga y de María de la Torre fueron inventariados y transferidos a los síndicos con la obligación de que éstos socorrieran al convento y a sus frailes en el orden y manera que dispusiera el Padre Guardián, además de que se les dijera una misa rezada cada semana. Otorgó última voluntad de 4 de diciembre de 1550 en presencia de Alonso Sánchez. Posteriormente, las veinte fanegadas de tierras en Artaso fueron vendidas por Damasio Andrés Barreto Martín a censo perpetuo a Gonzalo de Quintana el mozo y a Ana de Betancur con las 3 doblas de tributo, según la escritura dada por Diego de Flores de San Juan el 14 de enero de 1567»  (CRUZ Y SAAVEDRA, 2008, pág. p. 46).

Cueva-alpendre y bebedero (Fedac)
Y otra nota más del anterior autor e investigador que hace referencia al año 1562 en relación con esta última Inés de Mayorga:

«A.H.N. Sección Clero, libro 2352, 1701, ff. 14 v.o. A raíz de la solicitud que hizo de las memorias de Inés de Mayorga y María de la Torre, debido a la pérdida de los instrumentos ocasionada por el desgraciado incendio que afectó al recinto el 26 de enero de 1562» (IBÍDEM, p. 49).

Y si bien ya tenemos una pista cierta de quien eran las tierras por la que discurre el Barranco de Mayorga en Artazo, sigamos avanzando con los descendientes. También tenemos otra línea de los Mayorga, como es el caso de Diego de Mayorga casado con María Hernández, estantes en la Ciudad Real de Las Palmas en 23 de enero de 1516/1518 (¿?), en cuya nómina también encontramos el matrimonio de formado por la hija del conquistador Juan de Mayorga, Francisca de Mayorga y Alfonso Rodríguez de Palenzuela  (LOBO CABRERA & RIVERO SUÁREZ, 1991, pág. p. 109).

Al igual que tenemos al hijo de Juan de Mayorga deteniendo a un morisco converso fugado, por los “riscos de Gáldar” cerca de la costa, pudiendo ser en los altos del fondeadero del Juncal dado que tenía sus tierras en el camino a Agaete.

«4. 1511, 17 de mayo-l512, 6 de septiembre. Proceso contra Alonso de Fátima, morisco converso, vecino de la isla de Lanzarote, por fugarse de las cárceles secretas del Santo Oficio, donde estaba preso acusado de hereje y apóstata. Fue localizado en los riscos de Gáldar por Francisco de Mayorga con el que sostuvo lucha y antes que lo prendieran se arrojó al mar» (RODRÍGUEZ, 1969, pág. p. 131).

Para no alejarnos de nuestro relato, expongamos de cuándo viene la especial e importante relación que mantuvo Juan de Mayorga con Fernando de Guanarteme, de afinidad más allá de la buena vecindad, que debió prender entre ambas familias lazos de afectos y reconocimientos recíprocos, que de alguna forma unieron a sus respectivas familias de forma tal, que en los tiempos próximos al centenario de la conquista en que los naturales fueron hostigados por los colonos-pobladores, extranjeros a todos los efectos como los Mayorga, permitieron no sólo que convivieran muy próximos, sino además seguir manteniendo y fortaleciendo esa especial afinidad, más allá de los vínculos de sangre que ya existieron. Acudimos así al relato de otro cronista histórico del siglo XVII, primero conociendo como fue apresado Juan de Mayorga por los aborígenes, de su liberación y después ampliando con mayor detalle el mismo momento antes recogido por ABREU Y GALINDO, y todo ello volviendo a confundir al personaje de Juan de Mayorga con Francisco de Mayorga.

«Dieron muerte este día a ochenta cristianos, y cautivaron mas de ciento; y así mismo se levantaron con treinta muchachos, hijos de hombres principales de lo mejor, y más lucido de la isla de Lanzarote, que los había dejado Diego de Herrera en rehenes de la amistad y paz que habían concertado; en los cristianos que cautivaron este día, fué preso Francisco de Mayorga alcayde de la torre el cual llevaron a su rey D. Fernando Guanarteme que lo tuvo en mucha estimación, como a caballero principal, y él se lo agradeció como adelante se dirá». (SOSA, 1849, pág. p. 74).

«Llevó Guanarteme por interprete a un caballero español llamado Francisco Mayorga, que sabia muy bien la lengua canaria, por haber estado mucho tiempo cautivo asistiendo al rey D. Fernando Guanarte el bueno en Galdar. (este caballero era alcalde de la torre de Gando cuando la tomaron los canarios) Bautizóse pues, y fueron sus padrinos los señores reyes católicos.» (IBÍDEM, p. 114).

«Su magestad hizo merced a Francisco Mayorga, que fué por lengua, y interprete de D. Fernando Guanarteme, del alguacilazgo mayor de la isla gran Canaria. A D. Fernando Guanarteme, hizo también merced en dicha isla de los valles y términos de Aumastel y Gaayedra, y entonces Guadayeda, que hoy está corruto el nombre que fué lo que pidió el dicho D. Fernando al Rey. Este solo término de Guadayeda. Guayedra, le quedó, porque como murió después en la conquista de la isla Tenerife, y no dejó hijo varón, se perdió lo demás viniendo a poder de otros» (IBÍDEM, p. 115).

«Hecho este concierto, los capitanes recogieron su gente y marcharon al Real de las Palmas, confiados y seguros de la palabra de los canarios que jamas faltaría, por ser de lo que mas se preciaban. De allí a poco vinieron los canarios y trageron consigo, con mucha veneración a su señora. Traíanla cuatro hidalgos de cabellos rubios, puesta sobre unas andas, vestida de un zamarro de pieles curiosamente dispuesto y labrado, que la cubría toda, tocada como cristiana y bien prendida a su uso. Adornada de muchas curiosidades, que tenían habidas de los cristianos. Venían sus dos tíos; el Faican de Galdar y el de Telde á los lados, mas no parejos, con ella, sino algo hacia atrás. La demás gente principal é hidalgos, de los que podían traer cabellos largos, unos acompañándola adelante, y otros sirviéndola á tras con mucha gravedad y compostura modesta.

Supo Pedro de Vera, su llegada, y con notable alegría, juntamente con los demás capitanes, oficiales y soldados del Real, les salieron a recibir con mucha diligencia al camino que viene de la Ciudad de Telde; y estando todos juntos, después de haberse unos a otros cortejado con muchas reverencias, y cortesanias, los dos Faicanes por intérprete llamaron al capitán Pedro de Vera, y delante de todos le dijeron.

“Aqui os entregamos nuestra reina y señora en nombre del rey de España, en cuyo lugar estáis, para que la tratéis como á hija del rey Guanarteme el bueno, que era el verdadero señor, y rey de esta tierra é isla, para que la deis en guardia á cristiano que sea noble; y la tratéis bien como á persona tal”.

Pedro de Vera, lo aceptó y prometió hacer con juramento. Estaba presente Francisco de Mayorga alguacil mayor por S. M. y alcalde también puesto por Pedro de Vera. Fué el primer alcalde que hubo en la isla, el cual le pidió para tenerla en su casa; Pedro de Vera se la dio con mucha alegría de todos los canarios, que ya le conocían, por haber estado cautivo en poder del rey su padre D. Fernando Guanarteme el bueno, que le cogieron en la torre de Gando, de donde era alcalde, cuando la tomaron los canarios; y como fué tan bien recibido, y tratado del rey, asi lo pagó á su hija él y Juana de Bolaños su muger en el regalo y tratamiento que le hicieron.

Pozo y estanque (Fedac)
De allí á poco se bautizó, y fueron sus padrinos Rodrigo de Vera, hijo de Pedro de Vera, y el mismo alcalde mayor y su muger. Bautizóla el Sr. obispo D. Juan de Frías en la iglesia de S. Antonio Abad, que fué la primera del leal de las Palmas, y en donde estuvo muchos años la clerecia, hasta que después se fabricó la Santa iglesia catedral. Pusola su señora por nombre Doña Catalina; seria entonces de edad de diez años poco mas, era muy blanca y rubia, que entre los canarios gentiles se tenia por grande bizarria: era hermosa y discretamente honesta, estuvo en casa del alcalde Francisco de Mayorga, hasta que vino de la isla de Lanzarote, á morar á esta de gran Canaria Maciot de Betancurt, y su muger Luisa de Betancurt, su prima-hermana, sobrina del rey D. Fernando Guanarteme el bueno, aquella varonil señora del rescate de los 113 cristianos, que se volvió otra vez á Lanzarote después de haberlos rescatado. Esta señora su prima, la llevo á su casa, y la trató como a hermana, que como á tanto se amaban las dos primas. No podian estar apartadas, hasta que tuvo edad para casarse, y la casaron con un caballero Toledano llamado Fernando Guzman, hijo de Alonso de Guzman y nieto de Fernando Pérez de Guzman, señor de Bates y Alcaudete, cuyos descendientes son los Guzmanes que viven en Galdar» (IBÍDEM pp. 123-124).

Se entenderá que fue muy próxima la relación, y aunque se quisiera ignorar la interpretación del profesor Alejandro Cioranescu, tanto fuera Francisco como Juan de Mayorga superó todas las expectativas entre un natural de la isla con una arribado extranjero, hecho que de alguna manera se contraponía a las noticias de la captura de aborígenes para su venta como esclavos.

«Esta sugestiva explicación de Marcy tropieza con las ideas de Wöffel sobre la actuación de los obispos; y no advierte la abundante venta de esclavos menores de edad, conocida por los documentos de Valencia, Sevilla, etc. pero tiene a su favor datos ciertos, como la entrega de la Princesa Tenesoya a Mayorga … » (MARCY, 1962, pág. p. 257 np. 41).

Pero toda duda en cuanto a quien fue el primer alcalde del Real de Las Palmas, nos la aporta un documento oficial de un procedimiento iniciado:

«343. 1492 Septiembre (s.d.). Zaragoza (f. 97). Incitativa a Francisco Maldonado, juez pesquisidor de la isla de Gran Canaria, para que ordene a Fernando de Trujillo y a Juan de Mayorga, alcaldes que fueron de Pedro de Vera, gobernador de la isla, que comparezcan ante el Consejo Real, por haber sido culpados en la residencia de dicho gobernador, con licencia para poder prenderlos y enviarlos, a sus costas, ante el Consejo, en caso de que no entreguen fianzas suficientes. Don Alvaro. Decanus hispalensis. Johannes. Antonius. Petrus. Mármol » (AZNAR VALLEJO, 1981, pág. p. 70).

También el apellido Mayorga llegó al nuevo mundo descubierto de las Américas, de la descendencia del regidor, haciendo honor a aquello que acreditó el ancestro durante la conquista de la isla. Como es el caso de un homónimo suyo que fue también conquistador por aquellos lares:

«Lucas Fernández de Piedrahita y Fray Pedro Simón corroboran que con don Alonso Luis Fernández de Lugo se enrolaron en Canarias "gente noble y común", "algunos de los soldados de más porte de las Islas, y personas de mucha experiencia, como Juan de Mayorga, antiguo conquistador de Cubagua"» (MORALES PADRÓN, Canarias en los Cronistas de Indias, 1964, pág. p. 218).

En 1541 en esa expedición a América del Adelantado fueron cantadas las gestas del oriundo de la isla

«Lugo [Alonso Luis de] dispone que los expedicionarios queden bajo el mando de dos capitanes veteranos: Martín López y Juan de Mayorga, de quien dice Castellanos [Juan de CASTELLANOS, Elegías de varones ilustres de Indias, Madrid, B.A.E. 1852]:  (BORGES, 1974, pág. p. 176)

“Juan de Mayorga, hijo, semejante
En discreción, honor, virtud, proeza,
Que vive y es persona señalada
En este Nuevo Reino de Granada.
Persona de mí harto conocida
Pues ví que en escuadrones de Belona
Ha servido muy bien toda su vida;
Y sirve hoy a la real corona”.»

Ya más tarde, de las veinte fanegadas de tierras en Artaso que pertenecieron a los bienes de Inés de Mayorga, quien el 4 de diciembre de 1550 nombró heredera usufructuaria a su hermana María de la Torre, viuda de Simón González, que recibió en donación el Convento de san Antonio de Padua de la orden franciscana en Gáldar, nos queda como testimonio de un noble apellido en el topónimo del Barranco de Mayorga, dentro de un territorio de tierras rojas en el que encontramos algunos más recientes bienes etnográficos, como una cueva horadada como alpendre, con su trabajoso bebedero labrado en la tosca, un horno de pan rematado con su boca rematada en piedra, o un viejo pozo con su estanque construidos con el canto rojo de Gáldar, tratando de encontrar en las entrañas de la tierras las cada vez más difíciles aguas de riego.

Algún día nos descifrará algún genealogista por qué línea de los Mayorga llegamos a los ascendientes de esta Inés de Mayorga, hermana de Michel de Vera y de María de la Torre, que casó con el viudo Pedro Mayor estantes en la villa de Gáldar, de la que tenemos distintas noticias prestando dineros a los naturales de la isla en Gáldar, entre ellas Catalina Fernández Guanarteme. Está documentado que los tres son sobrinos de Juan de Guzmán y Juan de la Torre, grancanarios que participaron en la conquista de la isla de Tenerife, ambos sobrinos de Juana "la Canaria".

Juana "la Canaria" es Abenchara (HERNÁNDEZ BAUTISTA et GARCÍA TORRES, 2015), la guayarmina de Gáldar que fue anteriormente esposa de Thenesor Semidan, después bautizado  Fernando Guanarteme, madre de Guayarmina y otra hija de nombre aborigen desconocido, bautizadas Margarita y Catalina Hernández Guanarteme. Repudiado su esposo, casa, sin haber enviudado, con un noble indígena que es el que huye dando lugar al segundo cautiverio, esclavizada por Pedro de Vera quien la vendió en Jerez de la Frontera porque su marido, el desconocido noble indígena, se negó a ir en cabalgada a Tenerife. Obtuvo su ahorramiento en 1491.

Juan de Guzmán se casó con la grancanaria Marina Sánchez y después con Catalina Femández, viuda del grancanario Pablo. Su primera mujer trajo al matrimonio un entenado llamado Pedro Texena. Juan de la Torre se casó con la grancanaria Inés de la Torre, con la que no tuvo hijos, quien trajo también al matrimonio al entenado Agustín de Torres (CEBRIÁN LATASA, 2003, pp. 262 y 450).

Presuponemos y todo parece indicarlo, tuvieron algún tipo de relación por vínculo de sangre o afinidad: de una parte, con Hernando de Guzmán, casado con Masequera o Mastegena, bautizada Catalina de Guzmán, hija del último guadarteme Egoniga Semidan, y por tanto sobrina nieta de Fernando de Guanarteme. Y de otra, con los varias veces nombrados Juan de Mayorga y Juana de Bolaños. De los naturales de la isla en esos tiempos, poco podremos saber, dado lo que nos cuentan las crónicas históricas de sus costumbres.

«Su modo de contraer matrimonio era: En agradando al varón alguna mujer fuese doncella, viuda ó repudiada de otro, pedíala á sus padres (si los tenía) y si ellos consentían, sin otra ceremonia ni concierto quedaban casados con el consentimiento de ambos. Y tenían las mujeres que querían y podían sustentar, y como el casamiento era fácil de contraer, fácilmente se dirimía: porque en disgustando el mando de la mujer, ó al contrario, la enviaba á su casa, y ella podía casarse con otro sin incurrir en pena, y él con otra las veces que se le antojaba: y los hijos de aquel matrimonio dirimido, ó divorcio, eran tenidos por no legítimos, y así, llamaban al tal hijo “Achícuca” y á la hija “Cucaba”» (ESPINOSA, 1920?, p. 48).

Localización (IDE Gran Canaria)

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