sábado, 8 de junio de 2013

PUMPEO (LAS PALMAS DE GC)

Actualización: 2013/07/23
Topónimo con el que se conoce un barranco, una cañada, un lugar y el morrete que en este último se encuentra, situado entre el caserío de Jacomar y el lugar de Las Majadillas en Tamaraceite, al sur de Los Giles y al norte de La Galera.
Morrete Negro del Pumpeo (Google earth)
Para la descripción del entorno en el que se encuentra el lugar es destacable mencionar que la loma donde se asienta el actual barrio de Los Giles alcanza la cota más alta entre las cuencas del barranco de Tenoya y el barranco de Tamaraceite, y entre ellas discurren dos pequeñas cuencas, al poniente el barranquillo de Los Gatos tributario del primero, y siguiendo la dirección sur-este el barranco de Jacomar, que toma después la denominación de barranco del Pumpeo antes de tributar sus aguas al barranco de Tamaraceite después de pasar Las Majadillas. El punto más alta del lomo de Los Giles alcanza aproximadamente los 300 metros sobre el nivel del mar.

Geológicamente el territorio entre los dos grandes barrancos se define así: «Los interfluvios alomados y con pendientes suaves, son fruto de la formación y erosión del Complejo detrítico de Las Palmas o Formación sedimentaria, y solo se interrumpen hacia el sur por un relieve culminante residual de litología del Roque Nublo» (GÓMEZ VILARINO, M.: Desarrollo de un modelo metodológico para la evaluación de la sostenibilidad ambiental en la planificación urbanística, Tesis Doctoral UPM, 2010, Inédita).

La específica conformación del sustrato de "Calcisol Pétrico" (acumulación de caliza secundaria con clima árido o semiárido) ha condicionado a la largo de la historia los aprovechamientos de las lomadas así como la escasa presencia de asentamientos poblacionales históricos, el más conocido de Los Giles data de la segunda mitad del siglo XX, situación que puede prorrogarse en los años dado que el área «se ha considerado como el "reservorio" del municipio; el único espacio de dimensión notable que resta en el interior del municipio con cualidades aptas desde todos los puntos de vista para ser urbanizada (...) con el máximo de cualidades ambientales, sociales y de sostenibilidad» (IBÍDEM). 
Antigua tarjea o acequia muy rudimentaria y sustrato del territorio (Gómez Villarino M.)
Esta ausencia de asentamientos históricos y los aprovechamientos agrícolas que se han dado, a nuestro entender han marcado notablemente la pervivencia de la toponimia del entorno, dando como resultado la aparición de nuevos topónimos y el consiguiente olvido de otros, en un proceso generacional de adaptación de sus señas identitarias.

Si bien los hemos desarrollado más ampliamente en aquellos que cuentan con entradas independientes a este Blog, cabría resumir: de la cultura aborigen tenemos al norte de Los Giles el Lomo y la Cueva de la Furnia, aludiendo en su lengua al gran cantil de 200 metros de altura que cae sobre El Rincón; la presencia prehistórica de "leña santal" y cardones de los que quedan pequeñas colonias, se pasó al cultivo de la "hierba de Guinea" como forraje para los animales que devengaría en el topónimo de Llano de Guinea.

En esa sucesión cronológica, la referencia a esas cercas de piedras que aprovechando el relieve formaban Las Majadillas y dar refugio al ganado, próximas a las cuevas en las fuertes rampas del barranco donde vivían los aborígenes canarios.

Las menciones a los antropónimos: unas más antiguas como Jacomar que da nombre al barranco y al caserío, de quien sólo tenemos la referencia algo lejana de Marcos Jacomar, vecino de Arucas que donó bienes a su parroquia en los primeros años del siglo XVI (SÁNCHEZ RODRÍGUEZ, J.: Historia de la Parroquia de San Juan Bautista de Arucas. 1515-1817, Sta. Cruz de Tenerife, 2013); o los más modernos Lomos de los Henríquez, familias con ancestros en San Lorenzo y Tamaraceite desde el siglo XVIII; o los desconocidos Giles cuyas tierras dieron nombre al nuevo barrio (SANTANA DOMÍNGUEZ, JF.: Los Giles: Notas históricas previas al Pregón de las Fiestas 2010,  municipiodesanlorenzo-com, 17-jun-2010).

Entre los topónimos desaparecidos, mencionemos el Lomo Quinque donde hoy se asienta el barrio de Los Giles; o el barranco de Villaver ahora conocido como barranco del Pumpeo. O aquellos que se han visto alterados, como las antiguas Caleras que existieron en este lugar y que dieron lugar a La Galera.

De los nuevos topónimos surgidos no podemos olvidar el Llano de las Brujas recordando el lugar donde sucedió el falso "aquelarre" donde los violentos de la Guerra Civil asesinaron a un vecino de San Lorenzo, topónimo presente también en Arucas por iguales causas.
Cartografía de 1962 (Cartoteca - IDE Gran Canaria)
Las diferentes cotas del relieve obligaron a la construcción de diferentes artilugios hidráulicos para elevar el agua de riego a las zonas altas, y así surge el topónimo de Los Sifones, que describe el «mecanismo en forma de tubo encorvado que sirve para sacar líquidos del vaso que los contiene, haciéndolos pasar por un punto superior a su nivel» (FEDAC). Es una sucesión de topónimos que distintas generaciones iban memorizando para identificar sus lugares, veces solapando los más modernos a los más antiguos, facilitado como decíamos al principio por esa ausencia de asentamientos, y que solo en algunos casos eran conservados en los documentos acreditativos de la propiedad.

En las primeras décadas del pasado siglo XX estas amplias tierras fueron aprovechadas para el cultivo de tomates bajo la iniciativa de uno de los más importantes cosecheros Diego Betancor Hernández, que también cultivó en su finca de La Minilla. Había adquirido fortuna, patrimonio y reconocido prestigio en la capital cubana de La Habana, y a su vuelta como "indiano" invirtió en la adquisición de muchas tierras tomateras.

El cultivo y exportación del tomate se había iniciado a finales del siglo XIX y ejercía prácticamente el monopolio la empresa británica Elder and Fyffes Cº, pero progresivamente le nacieron competidores en sus propias entrañas: «Al asociarse, Elder and Fyffes Ltd. fueron reduciendo el número de competidores, ampliando el control del negocio con la compra de las empresas que pasaban dificultades. Cuando absorbe la producción de Ernesto Carlos Jaacks Krüeguer en la Aldea de San Nicolás y de Miller y Cía. en Mogán, se convirtieron en los dueños casi absolutos de la exportación. La primera competencia nació desde la propia empresa, George Spencer Dunn, antiguo empleado de Fyffes, creó una nueva Casa exportadora, que se añadía a Richard Yeoward, Roberto Mac Garva y los primeros exportadores canarios que gradualmente se fueron incorporando: Bruno Naranjo, José Castillo, Diego Betancor, Aquilino Marrero, etc., desde mediados de la primera década del siglo XX, aunque siempre a la sombra de las casas inglesas.» (REBOLLO LÓPEZ, M.: El tomate en Gran Canaria. Cultivo, empresa, aparcería y exportación. 1930-1970, Tesis Doctoral ULPGC, 2012, Inédita).
El lugar del Pumpeo, al fondo el lomo de Los Giles (Google earth)
A pesar de lo inapropiado del sustrato, la elección de este lugar para el cultivo del tomate no era descabellada «El cultivo de tomates supuso una innovación en el riego, al comprobarse que la planta aceptaba un cierto grado de salinidad. Durante la primera mitad del siglo XX abundaron las perforaciones de pozos costeros, donde la intrusión marina se aprecia por el contenido cloruro sódico del agua. (...)  La deficiente calidad del agua disminuye la producción, pero se compensa con unas cualidades organolépticas especiales en la fruta. (...) El conocimiento sobre la utilización del “agua picada” para el cultivo del tomate, estuvo enraizado en el cosechero desde los primeros tiempos de la exportación. La sabiduría para encontrar un punto medio y no abusar de su uso, se mantendrá en el secreto de cada uno de ellos, valorando sus efectos negativos, cuando las tierras sometidas a aguas demasiadas salinas se recuperaban con dificultad para un nuevo cultivo» (IBÍDEM).

Al fallecimiento del padre toman el relevo en el negocio cosechero-exportador los Hijos de Diego Betancor, que en 1938 ya opera con el mayor número de kilos de tomates exportados, para años después exportar plátanos y mercancías en general, ampliando la actividad a la fabricación de virutillas, clavos, serrerías y envases para su frutos. En 1951 el grupo de empresas era propietaria de muchos terrenos e inmuebles urbanos, calculándose una plantilla de 2.000 trabajadores, una cuarta parte fijo y el resto eventuales, una gran flota de camiones y almacenes de empaquetado por toda la isla.

La fuerte inmovilización de sus recursos propios, la situación de los mercados por el encarecimiento de los fletes y la fuerte competencia, drenaron progresivamente su liquidez, comportando un alto endeudamiento con las entidades financieras, que abocaría a la quiebra. Es en esos tiempos cuando estas tierras son arrendadas por el cosechador competidor Juliano Bonny, que había tomado el relevo como exportador tomatero y especializado en la introducción de los cultivos en invernaderos: «El apellido Bonny sucede a Betancor como cosechero más relevante, con posterioridad a la década de los cincuenta. De origen suizo, Juan Santiago Bonny se estableció en Gran Canaria en 1865. Su viuda y cuatro de los hijos regresan a Suiza, quedando en Las Palmas el quinto. Juan Bonny ejerce como ingeniero-relojero, además de comerciante en joyería y relojería en la calle de Triana. Encontramos publicidad de esta relojería en la prensa de mediados de la década de 1880.
Invernaderos (Archivo Jaime O´Shanahan - MDC - ULPGC)
En 1902 nace Juliano Bonny Gómez, que se declara exportador desde Enero de 1935, dedicándose a la expedición de tomates a Inglaterra a partir de octubre del mismo año; allí se encontraba ubicado como asentador su hermano Antonio. La empresa goza de una evolución rápida, a pesar de la larga tregua del período de la Segunda Guerra Mundial» (ÍBIDEM).

Es importante conocer de las características de riego en los cultivos de tomate, así como de los orígenes de aquellos que en los últimos tiempos cultivaban en el lugar, para llegar a entender donde se sustenta nuestra hipótesis de cómo pudo surgir en la segunda mitad del siglo XX el topónimo del Pumpeo de esta entrada, única argumentación lógica que hemos encontrado, y que consideramos guarda estrecha relación con el cultivo del tomate en este lugar de Los Giles.

No hemos podido confirmar de la existencia de una galería o mina en el subsuelo del barranco del Pumpeo dado que en la actualidad no aflora; sí tenemos el testigo de la gran vegetación del palmeral que hay en su cauce, concretamente antes de unirse al barranco de Tamaraceite. Es una evidencia de la existencia de agua en el subsuelo.
Palmeral del barranco (Google earth)
Es claro que aunque pudiera que el agua fuera algo "picada", era necesaria para el cultivo, y la extracción del agua en el cauce del barranco precisaría su elevación con una bomba hidráulica hasta el estanque en el alto del lomo de Los Giles, donde pudiera mezclarse con "agua dulce", a partir del cual se iniciara su distribución a todas las parcelas cultivadas en niveles inferiores.

Conociendo del origen suizo de los Bonny, país donde la lengua más usada es la alemana, tenemos que el sustantivo alemán "pumpe" tiene el significado de "bomba"; o, la otra alternativa más internacional de su mercado de destino la fruta, donde también el verbo inglés "pump" significa "bombear". Al igual que conocemos como otros muchos barbarismos se han popularizado en el léxico canario, no extrañaría que para los asalariados tomateros del lugar se diera dicha voz para iniciar la acción del bombeo del agua del barranco, o simplemente de la costumbre de decir ¡voy al pumpe-o!.

Es sabido que otros muchos barbarismos se incorporaron al léxico canario, como lo fueron los anglicanismos: queque, cherche, naife, chinegua, autodate, pulóver, fotingo, cambullón, bisne, bistec, flis, piche, tifiar, cúter, monei, guanijai, fos, choni, cachanchán, boliche, .... Probablemente sea este topónimo uno más de ellos, salvo que encontremos otra explicación razonada. 


Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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