domingo, 3 de junio de 2012

GALERA, LA (LAS PALMAS DE GC)

Actualización: 2012/12/12
El topónimo corresponde a un lugar donde se ha realizado el asentamiento de una pequeña y moderna urbanización que empezó con tres o cuatro calles, surgida por proximidad al importante barrio de Tamaraceite, como alternativa más relajada al mismo, donde prácticamente todo ha sido autoconstrucción respetando las alineaciones.

Según algunas fuentes, este topónimo ha sufrido modernamente una corrupción que ha afectado incluso a la pérdida de su significado, por el cambio de la «c» inicial por una «g». El mal llamado término de La Galera, muy cerca de Tamaraceite por la carretera que va a Arucas (GC-300), con el paso del tiempo y la tradición oral, ha alterado su primitivo nombre de las Caleras de Tamaraceite, que recuerdan la gran importancia que tuvo la cal para la isla.

Calera del Barranco de Balos (Fedac)
El lugar es mencionado en la data solicitada al Cabildo por Juan de Villanueva el 15 de diciembre de 1551 por la que pide: « ... çinquenta hanegadas de tierras en Tamaraçeyte desde la cruz grande que esta sobre las cabezas de Tamaraçeyte e como dize el camino un barranquillo abaxo seco que es aguas vertientes de una parte e otra del dicho barranquillo a dar en el barranco grande do dizaen Tamaraçayte que va desde el propio barranco al pozo de Guanarteme...» (RONQUILLO, M. Y AZNAR VALLEJO, E.: Repartimientos de Gran Canaria, Las Palmas de GC, 1998).

No ofrece dudas la descripción dada al situar las tierras y mencionr la Cruz del Ovejero, el camino de Gáldar, el barranquillo de Jacomar tributario del de Tamaraceite que desagua en Guanarteme.

Hay alguna referencia documental muy antigua sobre esta actividad: «En Tamaraceite en el año 1560, el calero Juan Fernandes, en colaboración con Juan Alarcón, Francisca Núñez (viuda de Francisco Navarro) y Ortiz Alonso preparan un horno para su producción...» (Protocolo del escribano Alonso Herrera, legajo 2.316); presumiblemente se refiere a estas caleras.

Sin embargo, la corrupción del nombre se produce temprana, pues aparece el topónimo actual en un testamento del siglo XVIII de sor Francisca, de San Nicolás de Tolentino, religiosa del convento de San Bernardo, de fecha 7 de marzo de 1737, menciona el topónimo cuando declara la propiedad de «Tierras de las Galeras en Tamaraceite con una casa terrera». Llama la atención la utilización del topónimo en plural, que induce más a pensar en otros orígenes.

Fotofilmns del actor Charlton Heston en la película "Ben Hur"
En la antigüedad la galera era también un carro grande provisto de cuatro ruedas y toldo de lona, que servía de medio de locomoción para el transporte de viajeros, pero la expresión utilizada para este lugar no parece buscar tal semántica. Otra alternativa podría ser asociar el topónimo al castigo que se infligía a los esclavos. Es conocida la proximidad a este lugar de los diferentes ingenios que hubo en el cauce del barranco de Tenoya, donde trabajaban esclavos capturados en la Berbería. La galera era una especie de casa particular existente en los ingenios para los que observaban mal comportamiento. La galera está asociada al castigo desde muy antiguo, pues en las galeras turcas y berberiscas remaban los cautivos cristianos, y en las cristianas remaban esclavos turcos y berberiscos.

Desde el momento de la compra de los esclavos, el comprador y futuro dueño tenía muy en cuenta que no fueran demasiado aficionados al juego ni haraganes, que no saltearan caminos ni fueran ruines, bellacos, indómitos, revoltosos ni mentirosos. Pero, sin lugar a dudas, dice la fuente consultada que era la sodomía la tacha que más rebajaba el valor del esclavo.

Los compradores recelaban de los que la practicaban, ya que, si tal costumbre no impedía al esclavo realizar trabajos, sí podía por el contrario provocar que fuera juzgado por un tribunal civil o eclesiástico, que lo podía condenar a galeras o a la hoguera, con lo que su dueño veía esfumarse ante sí eI capital invertido en él. Las obligaciones de los esclavos y la ausencia de derechos de los mismos estuvieron reguladas por las Ordenanzas del Concejo de 1531.

Finca Las Tuneras próxima a La Galera (Google earth)
Este significado para el término galera se mantiene durante siglos, y vemos como cuando el Motín de Agüimes en el siglo XVIII y otros altercados que hubieron en la isla, aún en este tiempo a los centros de internamiento se les llamaba de esta forma:

«La Audiencia el 8 de marzo de 1720 informa al Consejo que estos conflictos no se pueden reprimir por la falta de tropas que había en la isla pues cuando un pueblo tiene problemas los demás hacen causa común con él. A los presos, señala, se les condena a galeras pero se les acaba llevando a Tenerife, siendo el único remedio que se podía aplicar el enviarles en familias a Indias» (SUÁREZ GRIMÓN, V. J., La propiedad pública, vinculada y eclesiástica en Gran Canaria, en la crisis del antiguo régimen, Las Palmas de Gran Canaria, 1987).

Otras fuentes sostienen que el topónimo se debe a las llamadas cadenas o galeras formadas para los cultivos, si bien este término no aparece en las acepciones incluidas por el DRAE, ni en las entradas del Diccionario Básico de Canarismos (ACADEMIA CANARIA DE LA LENGUA, Sta. Cruz de Tenerife, 2010), si bien se reproduce a continuación por aportar información sobre el moderno asentamiento poblacional en el lugar.
 
« Los orígenes del barrio de La Galera se remontan a una finca propiedad de los hermanos Henríquez Medina dedicada al cultivo de plataneras y donde existía solamente una vivienda en la cual residía el mayordomo de la finca, Don Francisco Torres con su familia. La finca estaba constituida por diferentes parcelas de terreno conocidas como cadenas o galeras, de ahí su nombre actual.

Con el tiempo se abandona la explotación agrícola, decidiendo vender una parte de la finca a Doña Isabel Saavedra y urbanizar la otra que era propiedad de Don Sixto Henríquez Medina, la cual se urbanizó en precario por parte del mismo, parcelándose y vendiéndose las parcelas de 90 y 120 metros cuadrados, sin los mínimos servicios elementales, careciendo de asfaltado en las calles, sin alcantarillado, ni agua ni luz » (SANTANA CABRERA, E.: Tamaraceite, Recordar es volver a vivir, Las Palmas de GC, 2001).



Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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