sábado, 2 de junio de 2012

FUREL, EL (ALDEA DE SAN NICOLÁS)

El primitivo topónimo de Benafurel es aborigen, del cual se ha derivado este que corresponde al barranco del Furel, un tributario del barranco de La Aldea por la margen Norte, separado del cauce principal por el relieve residual de Las Tabladas que se le une a través del barranco de La Arena. El barranco de Furel recoge todos los colectores de Montaña Blanca, Tirma y sus contrafuertes del Sur.

Tomateros con cucaña (Fedac)
Este lugar de tabaibales tuvo muchos pretendientes y algunas «ventas a tributo» acabaron en litigios ante la Audiencia. La particularidad de las «ventas a tributo» era que el Cabildo establecía como obligación del comprador el desmonte, fábrica y amojonamiento de las tierras de forma que diesen fruto y se pudiese cobrar el tributo, llamado «censo de Propios», y si en el plazo de dos años no las desmontaba, las perdía. También se perdía la propiedad si durante dos años seguidos no se pagaba el tributo o renta estipulada. Las tierras así adquiridas no podían venderse a la Iglesia, Hospital, Cofradía, Caballero, doncella, ni otra persona religiosa sino a persona legal sana y abonada, es decir, que ofreciera garantías reales de pago del tributo al Cabildo.

Así, el 30 de septiembre de 1666 se dan a Antonio González del Río, alcalde pedáneo de Acusa, unas tierras de riscos y laderas montuosas de tabaibales y otros montes donde dicen «… Venafurel y las Arenas…», para cría y término de ganados. La solicitud se hizo al Cabildo el 29 de enero y el 12 de febrero Lorenzo Sánchez de Agaete y Andrés Pérez de Acusa, pidieron dichas tierras alegando que tenían derecho a ellas, aunque no presentaron título alguno.

Camino Real de Furel (Fedac)
El primero señaló que hacía muchos años que había comprado «… la marca de ganado salvage del término que dizen de las Arenas…» a los herederos de Juan Jorge, de la Ciudad, en 300 reales y anualmente pagaba 15 reales por guaniles al arrendador mayor del Cabildo. Entonces se llamaba guanil al ganado salvaje, principalmente la cabra salvaje, que abundó en la isla.

El segundo, Andrés Pérez, alegó que desde hacía más de cuarenta años vivía en «… Benafurel, donde tenía un asiento de colmenas, cueva con su llave y ganado cabrío, con sólo cuatro o cinco fanegas susceptibles de cultivo…».
Panorámica (fotosaereasdecanarias-com)

Tanto uno como otro contradicen la petición de González del Río que señalaba que dichos terrenos «… nunca los ha poceido, ni es criador de ganado cabrío y sólo pocee el término que dizen de Tirma que es de los mejores que tiene la Isla…», pretendiéndolos para echar sus ganados por lindar con Tirma.

Ambas solicitudes se vieron en el Cabildo General abierto el 19 de febrero de 1666 y Antonio González alegó que no debían darse a los otros «… por ser Propios del Cavildo... que traen los ganados ellas…» y «… los traen como los demás vezinos por ser de pastos comunes…»
Muro y acueducto (Fedac)

Dice la fuente consultada que finalmente la del alcalde de Acusa fue la oferta preferida, y no por subir el tributo de 15 a 40 reales, sino por ofrecer bienes seguros a la hipoteca y seguridad del tributo, pues lo garantizaba con el Cortijo de la Montaña de Tirma con más de treinta fanegas, una suerte en Verga de Artevirgo, en la Montaña de Cabrera, libres de tributo. 

En la desamortización de las tierras de baldíos y realengos que mantenían esa condición desde la Conquista, las tres fanegas de «Tierra en Furel denominada “Carrizos”» salieron a remate en 1873 y fueron vendidas a Antonio de Armas, propietario de Agaete por 160 reales de vellón.

Localización (Espacios Naturales de Gran Canaria)

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